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Sandoval de la Reina y sus fundadores. La familia de los Sandovales.

Capítulo XII: El concejo de Sandoval de la Reina

 

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Capítulo XII
EL CONCEJO DE
SANDOVAL DE LA REINA

Desde que el lugar de Sandoval de la Reina pudo tener autoridades propias hasta, por lo [menos], últimos del siglo pasado, se puede asegurar que el concejo cumplió y procuró el bienestar de los vecinos que los elegían. El concejo estaba compuesto por un alcalde ordinario, otro alcalde, que llamaban de la Santa Hermandad, dos regidores y un procurador síndico general. Eran elegidos cada año. Estas autoridades se ocupaban del gobierno del pueblo en las cosas ordinarias, pero si había que solicitar alguna cosa extraordinaria o meterse en juicios, entonces llamaban a concejo al son de campana tañida a todos los vecinos hábiles y decidían qué hacer, como la exención de impuestos y la compra de otros, obteniendo algún beneficio en ellos. También en cuestión de juicios contra el todopoderoso Melgosa y el recaudador de impuestos, durante años, que al final, con mucho tesón, mucha razón y documentación, consiguieron ganar.

Uno de los que intervino en la defensa de los vecinos, aportando documentación y solicitando ayuda a la familia de los Sandovales, fue el licenciado D. Ángel Marcos Ruiz, nacido en Sandoval y beneficiado de la parroquia de Amaya. Es curioso, que en los mismos años que se tenía el juicio con Melgosa y el recaudador, el concejo y vecinos de Sandoval tenían otro juicio, que también duró años. Era con D. Ángel Marcos por el arreglo de unas presas, que había en el río Odra para llevar el agua al molino de este señor, y además las mismas presas suministraban el agua para regar los vecinos sus tierras de la Vega de Arriba, en la que sembraban, según documentación, lino y ajos.

Al fin, después de años, llegaron a un acuerdo en el que el concejo y los vecinos [se avenían] a arreglar las presas a la salida del invierno, y después durante todo el año [las arreglaba] D. Ángel Marcos. Además, el concejo y vecinos de Sandoval mantuvieron otros juicios, algunos de menor cuantía ganando unos y perdiendo otros. En todos, si era necesario, los vecinos ponían como aval todos sus bienes.

La casa del concejo primeramente estuvo en la calle Cantarranas, comúnmente llamada más tarde La Calleja. Más tarde, ya en el siglo XVII, edificaron la actual. Era también propiedad del concejo la casa en la que estaba entonces instalada la fragua, que entraba en el lote de propiedades de los Sandovales comprados o, más bien, arrendados a censo perpetuo.

El año 1791, el concejo y vecinos de Sandoval de la Reina contrataron con Bentura del Olmo, maestro de cantería, la construcción de una casa que sirviera para mesón, taberna, posada, peso de carnes y casa para el cirujano. Se hizo con arreglo al plano y diseño de D. Pablo de Oller, profesor de arquitectura. El precio de construcción se puso en 17 160 reales de vellón, que se le debían pagar en tres tercios. El concejo tenía que aportar todos los materiales necesarios para su construcción, entre ellos la piedra, teja, madera de la antigua iglesia que se hallaba en esta villa al barrio que llaman del monasterio, que compró al convento de Santa María la Real de Aguilar de Campoo. Además, nos ha de dar noventa y cinco piezas de olmo y chopo del plantío de dicha villa, quedando a favor del constructor la piedra sobrante de la iglesia. Una vez construidas las paredes maestras de la casa y en el caso de que no llegase la piedra, se construirán las paredes a costa del constructor a tapia real(1).

La casa tiene 450 metros por planta. Tiene dos plantas. Por la altura de cada planta se pueden hacer idea de lo grande que era la iglesia del antiguo monasterio que mandaron construir los señores de Sandoval antes del año 1100.

 Al finalizar la construcción y su entrega por el constructor el concejo se negó a recibirla porque, según ellos, habían contratado la división de las dos plantas de la casa y solo les entregaba dividida la una. El constructor defendía que en el contrato él solo se comprometió a dividir la primera planta. Al final consultando a otros canteros neutrales y perdiendo algo las dos partes, no pasó a más altas instancias. Con la subida al trono del rey Carlos IV perdieron los privilegios de exención de algunos impuestos y la venta de otros, concedidos por los reyes anteriores, incluso a perpetuidad, como los concedidos por el rey D. Fernando VI. A pesar de las reclamaciones entonces y más tarde, no consiguieron nada y tuvieron que pagar impuestos como los demás pueblos, dándose algún año, como el 1836, que el concejo no tenía dinero para pagarles, por lo que pidieron al Arzobispado de Burgos 150 fanegas de trigo, seguramente de las que había cobrado en el pueblo por la parte de los diezmos que le correspondieron aquel año, para poder venderlas y así pagar los impuestos correspondientes. Pero el Arzobispado solo se las prestó para que se las devolvieran el mes de septiembre siguiente. Bien se las podía haber dado sin tener que devolvérselas, ya que durante siglos se había llevado de Sandoval miles y miles de fanegas de grano sin tener un detalle siquiera para arreglos o gastos de la parroquia, cobrando además algún permiso solicitado para hacer algún trabajo en ella, como decorar algún altar.

Antes de la invasión francesa también solicitaron a la Real Chancillería de Valladolid [que] les permitiera vender vino al público de la cosecha del pueblo, como a otros pueblos de la comarca como eran Melgar de Fernamental y Villadiego, ya que como cogían mucho no lo podían consumir entre los familiares y lo tenían que tirar, dándose el caso de que si no se lo concedían, se verían en la obligación de arrancar las viñas, con lo que se perderían muchos jornales y algunos jornaleros tendrían que irse del pueblo por falta de trabajo y las tierras se quedarían mirando porque no servían para sembrar cereales. No sé si lo consiguieron pero como durante la invasión se perdieron muchas viñas por falta de brazos para trabajarlas, ya no les sobraría.

También recurrieron varias veces el pago de las 250 fanegas que hacían a la familia Melgosa y algún año dejaron de pagárselas. Pero la familia Melgosa recurrió a la Real Chancillería de Valladolid y el concejo de Sandoval tuvo que seguir pagando las 250 fanegas estipuladas en el contrato hasta la venta de las tierras por el Gobierno de la Nación con motivo de la desamortización.

NT-1: Hecha a base de tierra y, para mejorarla, generalmente se le añaden áridos para aumentar la maleabilidad de la tierra y cal para añadirle propiedades ligeramente hidrófugas y mejorar la resistencia de los muros.

 
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CIRILO GARCÍA PÉREZ

SANDOVAL
DE LA REINA
Y SUS FUNDADORES
LA FAMILIA DE LOS SANDOVALES

ISBN. 84-607-0998-1
Depósito legal BU - 353 - 2000
Imprime: Artecolor Impresores – Burgos