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Sandoval de la Reina y sus fundadores. La familia de los Sandovales.

Capítulo II: Fundación de Sandoval y Genealogía de los Sandovales

Este capítulo recoge la reseña de cada uno de los señores de Sandoval, con su genealogía.
Por orden cronológico, entre el 811 y 1651:

- La familia de los Gómez
- Salvador González
- Salvador González (otro)
- Gonzalo Salvadores
- Gómez González de Candespina
- Rodrigo Gómez de Sandoval
- Gonzalo Rodríguez de Sandoval
- Diego Gómez de Sandoval
- Gutiérrez Díaz de Sandoval
- Fernando Díaz de Sandoval
- Rodrigo Fernandez de Sandoval
- Gómez Fernández de Sandoval
- Fernando Rodríguez de Sandoval
- Gutiérrez Rodríguez de Sandoval
- Fernando Gutiérrez de Sandoval
- Rodrigo Fernández de Sandoval
- Diego Gómez de Sandoval
- Gutiérrez Díaz de Sandoval
- Su hermano Pedro Gómez de Sandoval
- Ruiz Gutiérrez de Sandoval
- Gutiérrez Rodríguez de Sandoval
- Gutiérrez Díaz de Sandoval
- Juan Rodríguez de Sandoval
- Álvar Díaz de Sandoval
- Diego Gómez Sandoval
- Fernán Gutiérrez o González de Sandoval
- Diego Gómez Sandoval
   (restaurador de su grandeza)
- Fernando de Sandoval y Rojas
- Diego Gómez de Sandoval
- Bernardo de Sandoval
- Luis de Sandoval
- Francisco de Sandoval
- Francisco Gómez de Sandoval
   (Duque de Lerma)
- Cristóbal Gómez de Sandoval
- Francisco Gómez de Sandoval y     Manrique de Padilla
- María Ana Gómez de Sandoval y     Manrique de Padilla
- Otros Sandovales

 

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Capítulo II
FUNDACIÓN DE SANDOVAL
Y GENEALOGÍA DE LOS SANDOVALES

Según un monje anónimo(1) que escribe en un libro de la Historia de Alfonso VII, escrito por Fray Prudencio de Sandoval, en una de las páginas donde viene la genealogía de los Sandovales, donde dice que Sandoval es más antiguo que Amaya. Yo supongo que se refiere a la fundación de Amaya después de la Reconquista que, según la historia, fue fundada en el año 860 y Sandoval, según este monje, fue fundado antes de esa fecha. Sus fundadores fueron los descendientes de sus antiguos pobladores los Sando Cuervo, cuyo nombre era: "Los Gómez".

 

LA FAMILIA DE LOS GÓMEZ

Dicen algunos genealogistas que el apellido Gómez fue patronímico y se usaba mucho entre los Godos, encontrándose muchos caballeros así llamados entre aquellos que acompañaron a D. Pelayo a refugiarse en las montañas de Asturias. A uno de estos caballeros Gómez sucedió en sus estados y señoríos D. Rodrigo Gómez, que tuvo el gobierno de las montañas de Burgos, a quien heredó otro caballero de su mismo nombre.

En la era(2) 773, año 735, se encuentra a D. Fernando Gómez, llamado el "negro" o "cuervo", que acudió a las batallas, cargado de años, contra los moros y ofreció sus riquezas, fundando el monasterio de San Martín de Escalada a ocho leguas de Burgos y fue progenitor de muchas casas de la primera grandeza de España, como Gómez, González, Salvador, Sandoval y Sarmiento.

Descendiente suyo era D. Gómez Díaz, que fue alférez de Fernán González. Este Gómez Díaz era señor de Sandoval en aquellos años. Se casó con Doña Elduara y, por lo menos, tuvieron un hijo llamado Gutiérrez Gómez y una hija llamada Fronilde Gómez. Gutiérrez Gómez fue también alférez de Fernán González después de su padre y según el escritor Alonso López de Haro(3). Era señor de Sandoval juntamente con su hijo Gómez Gutiérrez en la era 944, año 906.

Según el Becerro Gótico de Cardeña, investigado por Fray Luciano Serrano, Dña. Fronilde se casó con D. Gonzalo Fernández, hijo mayor de Fernán González. El matrimonio hace varias donaciones al monasterio de Cardeña, una de ellas, en la era de 959, año 921, por el alma de Dña. Elduara, madre de Dña. Fronilde. En diciembre del mismo año, D. Gonzalo Fernández firma, por última vez, una donación de Dña. Fronilde al monasterio de Cigüenza, después desaparece, probablemente muere en alguna batalla.

Según Fray Francisco Berganza(4) este matrimonio tuvo dos hijos llamados Sancho y Salvador González, aunque [Fray Francisco] se confunde y dice ser Dña. Fronilde hija de Fernán González, casada con D. Gonzalo Fernández en segundas nupcias y no era hija sino nuera de Fernán González casada con su hijo mayor, y sí hija de Gómez Díaz señor de Sandoval. En la era 984, año 946, Dña. Fronilde hace una donación al monasterio de Cardeña por el alma de su marido Gonzalo Fernández y por la de su hijo Sancho. Ella muere en la era 1007, año 969, en el monasterio de Cigüenza el tres de febrero. Fray Gregorio Argaiz dice que vio su sepulcro.

SALVADOR GONZÁLEZ

De este Salvador González, hijo de D. Gonzalo y de Dña. Fronilde, no he encontrado escritos creíbles sobre quién fue su esposa, solo que le sucedió su hijo Gonzalo Salvadores, y de este dice el escritor Fray Gregorio Argaiz, que tuvo un hijo y le puso Salvador González, dándole el nombre de su abuelo.

SALVADOR GONZÁLEZ, SEGUNDO DE ESTE NOMBRE

Fray Prudencio de Sandoval dice, en la genealogía de los Sandovales, que este Salvador González era hijo de D. Gonzalo Telliz, pero no se da cuenta de que entre uno y otro hay más de 100 años de diferencia.

De todas las formas pongo lo que dice de él y lo que dice de la genealogía de los Sandovales o parte de ello hasta el Duque de Lerma.

Hay noticia de Salvador González, en la era 1055, que es el año 1017, que en este año sería ya hombre crecido. Sábado 27 de junio, el rey D. Sancho "el Mayor", con su mujer la reina Dña. Mayor, y sus hijos, dieron a Dña. Trigidia, santa abadesa de Oña y hermana de la reina, por el alma del Infante D. García, que mataron en León, el monasterio de Santa María de las Molas, y confirma esta donación, como pariente y como rico hombre, Salvador González. Casó con Dña. Nuña. Parece por unas cartas del monasterio de Oña, en que Salvador González y su mujer Munia Dona, compran ciertas partes en Santa Olaya de Valdivielso, que dieron a este monasterio. Era 1080, conforme el tiempo, nombre y renombre, fueron sus hijos Gonzalo Salvadores y Álvaro Salvadores. Este caballero está sepultado en el monasterio de San Pedro de Cardeña. Fue muy valiente caballero y de los señalados capitanes del Cid.

GONZALO SALVADORES

Dice Fray Prudencio de Gonzalo Salvadores:

 "Hallo larga noticia en las escrituras. Era 1106, que es el año 1068. El rey D. Sancho, que murió sobre Zamora, dio al Obispo de Oca, que es [de] la Iglesia de Burgos, muchas posesiones y franquezas. Confirma el primero de los ricos hombres, Gonzalo Salvadores. Era 1107, a 22 de abril, dio el mismo rey al monasterio de Arlanza el lugar de Hortigüela; confirman los dos hermanos, Gonzalo Salvadores y Álvaro Salvadores. También firman los dos como testigos en la carta de arras o documento de donaciones del Cid a Dña. Jimena con motivo de su enlace matrimonial".

Era 1108. Tenía título de conde, parece por una notable donación, que el dicho rey D. Sancho hizo al monasterio de Oña, [en] que entre otras cosas le da hasta los cueros de las vacas que se matasen en el palacio real y ración para un hombre que asistiese a cobrarlo. Confirman conde Gonzalo y Álvaro su hermano, que así dice. Era 1113, hallo a Álvar Salvadores. Era 1114 a 1119, le hallo con el título de conde y este último año hallo juntos a los dos hermanos y de aquí en adelante no, ni tampoco con quién se casaron. D. Gonzalo Salvadores fue Conde de La Bureba y de Castilla la Vieja y el patrono del monasterio de San Martín de Escalada, como descendiente del fundador D. Fernando Negro, mereciendo por su mucho valor y actividad, el sobrenombre de cuatro manos.

Fue muerto a traición por los árabes, en unión de otros quince caballeros de su linaje, en el castillo de Rueda, Aragón, quedando como descendiente, entre otros, su hijo D. Gómez González de Sandoval.

D. GÓMEZ GONZÁLEZ DE CANDESPINA

Este es aquel famoso conde D. Gómez de Candespina, que se llamó así por ser señor de aquellas tierras, lo mismo que de Sandoval, de quien puedo decir que fue el mayor señor de Castilla, reconocido así por todos, tanto que, faltando heredero en el reino por muerte del malogrado D. Sancho, de común parecer de todos se quiso pedir al rey D. Alfonso VI que casase a su hija la Infanta Dña. Urraca, con el conde D. Gómez, porque no saliese el reino de los naturales de Castilla, pero el rey no lo permitió.

Era 1125, año 1087, era paje de lanza del rey D. Alfonso VI, amigo del rey. Parece así por una donación que el rey D. Alfonso hizo a la iglesia de Astorga, a 25 de abril, de franqueza a los que edificasen junto a la iglesia mayor: dice Gómez González, amigo del rey, confirma, y luego todos los grandes de la corte del rey confirman. Y en la era 1140, año 1102, era Conde de La Bureba, como consta por una donación que Dña. Mayor y Dña. Ardequina, hicieron al monasterio de Oña. Y lo mismo parece en la era 1141. Casó el conde con Dña. Urraca Díaz, hija del Ilustrísimo conde D. Diego Ansúrez, Conde de Astorga, hermano del famoso conde D. Pedro Ansúrez, Señor de Valladolid. Consta este casamiento por una donación que estos señores hicieron a la Iglesia Mayor de Burgos, en que le dan la Iglesia de San Miguel del Busto para que fuese monasterio y dan una divisa que fue de su hermano Fernando González en el año 1107.

Por lo menos tuvieron tres hijos llamados D. Rodrigo Gómez de Sandoval, D. Diego Gómez de Sandoval y D. Domingo Gómez de Sandoval; a este algunos le llaman Domingo Gómez de Candespina, que fue el fundador del monasterio de la Vid y su primer abad naturalmente y se le venera como beato.

Dña. Urraca Díaz murió el año 1107. Viudo D. Gómez y viuda la reina de su primer marido, fue D. Gómez uno de los aspirantes a la mano de la reina, pero se casó con D. Alfonso de Aragón, de más fama, [aun]que sigue teniendo relaciones con D. Gómez. Una vez separados Dña. Urraca y D. Alfonso siguió D. Gómez siendo su amante y algunos escritores dicen que de estos amores nació un niño llamado D. Fernando Hurtado y otros le dan como hijo de D. Pedro González de Lara.

En la era de 1148, año 1110, [en] que el conde D. Pedro Ansúrez fundó la Iglesia de Valladolid, dice la data, que reinaba Dña. Urraca en León, el conde D. Pedro en Galicia, y el conde D. Gómez en Castilla. Murió D. Gómez luchando contra D. Alfonso, Rey de Aragón y ex marido de Dña. Urraca, que había invadido Castilla, defendiendo a su reina y amante en la batalla de Candespina, traicionado en la batalla, porque desertó de ella, por D. Pedro González de Lara que fue su sucesor en los amoríos con la reina.

D. RODRIGO GÓMEZ DE SANDOVAL

Fue D. Rodrigo Gómez, Conde de La Bureba y Cónsul del Reino de Castilla y junto con su hermano D. Diego Gómez, los primeros en llamarse de Sandoval.


Casó con la Infanta de Navarra Dña. Elvira Ramírez, hija del Infante D. Ramiro Sánchez, que en derecho le pertenecía el reino de Navarra, y de Dña. Elvira Rodríguez, hija del Cid Rodrigo Díaz de Vivar. Tuvieron, que se sepa, tres hijos, D. Gonzalo, Dña. Estefanía y Dña. Sancha.

Fue personaje de mucha importancia en el reinado de D. Alfonso VII el emperador a quien ayudó eficazmente, al comienzo de su reinado, en las luchas y discordias que D. Pedro González de Lara y otros caballeros, aliados con el Rey de Aragón, que aún conservaba en Castilla plazas tan importantes, como Carrión, Castrojeriz, Villafranca y Belorado, le promovieron.

Más tarde, ostentó el título de Potestad. Figuró en el séquito regio, en los concilios de Oviedo, año 1115, y Palencia, año 1119.

En cuanto se refiere a su señorío y lugar de nacimiento, Sandoval donó a los monjes benedictinos el palacio y la iglesia familiar que tenían allí, no sin antes hacer otro palacio donde hoy está la ermita de San Roque, para que hicieran un monasterio, además de otras donaciones para su mantenimiento.

Murió el conde Rodrigo Gómez de Sandoval el año 1153 y se mandó enterrar en Oña, con sus padres. Dña. Elvira, ya viuda, peregrinó a Jerusalén a visitar los Santos Lugares y murió allí, pero sus acompañantes trajeron su cuerpo a Castilla y lo enterraron en Oña con su marido.

D. GONZALO RODRÍGUEZ DE SANDOVAL

Fue D. Gonzalo Rodríguez, Conde de La Bureba, Castilla y Señor de Sandoval, como sus antepasados. Siguió a los Reyes de Castilla D. Alfonso VII y D. Sancho III el Deseado. Casó con Dña. Sancha Entroz, Señora del lugar de Castrillo de Río Pisuerga, cerca de Olmos, y dice una escritura que por servir a los señores de la casa de Sandoval, quieren, que todos los términos sean uno con el lugar de Rezmondo, Priorato de Cardeña.

D. Gonzalo Rodríguez falleció el año 1209 y según Fray Prudencio de Sandoval, está sepultado en la que fue iglesia familiar de San Salvador de Sandoval de la Reina y junto a él esta su esposa Dña. Sancha Entroz, con tocados antiguos a la montañesa. Su epitafio decía que falleció el año 1203. Como no tuvieron descendencia, el Condado de La Bureba se lo dio el rey a los Señores de Vizcaya y salió, después de varias generaciones, de la familia de los Salvadores y Sandovales y el Señorío de Sandoval, paso a la descendencia de D. Diego Gómez de Sandoval.


D. DIEGO GÓMEZ DE SANDOVAL

Casó D. Diego con Dña. María Rodríguez de Asturias y, por lo menos, tuvieron tres hijos, D. Gutiérrez Díaz, D. Martín Díaz y D. Fernando Díaz. Sirvió y ayudo valientemente a la reina Dña. Urraca en las guerras contra su ex marido el Rey de Aragón. Según el historiador Esteban Garibay, están enterrados en San Salvador de Sandoval y dice: vense hoy día los túmulos de sus sepulturas en la capilla mayor de dicha lglesia.

D. GUTIÉRREZ DÍAZ DE SANDOVAL

Pasó el Señorío a D. Gutiérrez Díaz de Sandoval, que también fue Señor de Treviño y que, aunque casó con Dña. Toda Let, no tuvieron descendencia, continuando en linaje, por su segundo hermano Martín Díaz, que casó con Dña. María García, Señora de los Estados de Villamayor, Carrión y otros, hija y heredera de D. Fernando García de Villamayor y de su mujer, Dña. María Señora de Benevivere. De este último matrimonio nació D. Diego Martínez de Sandoval y Villamayor, Señor de Sandoval, Villamayor, Carrión, Benevivere y otros estados, Mayordomo Mayor de D. Alfonso VII.

Estuvo casado con Dña. María Pome y cuando se quedó viudo se hizo monje y fundó el monasterio de Sandoval de la Reina en el palacio y la iglesia que había donado su tío D. Rodrigo para dicho fin. Más tarde, fundó otro monasterio en sus posesiones de Benevivere. Este monje llamado "El Santo", según el monje anónimo, fue enterrado en el monasterio de Sandoval de la Reina como dice nuestro antiquísimo tumbo y no en Benevivere como dicen otros y yo he leído que otros escriben que está enterrado en el monasterio de Santa María de Sandoval en la provincia de León. Para mí que estos escritores confunden el monasterio de Santa María de Villaverde de Sandoval con el monasterio de Sandoval de la Reina, equivocándose en algún escrito antiguo. De D. Diego Martínez de Sandoval y Villamayor paso el Señorío de Sandoval a los descendientes de su tío D. Fernando Díaz.

D. FERNANDO DÍAZ DE SANDOVAL

Este caballero tomó el nombre de Fernando, que sus antepasados de padre y madre tanto usaron, y el renombre de Díaz por su padre como era normal en aquellos tiempos. Fue gran caballero y sirvió a la reina Dña. Urraca en todas las ocasiones que se le ofrecieron, donde mostró su gran valor y prudencia, según fueron graves los negocios y pesadumbres que [hubo] en el Reino. Gozó del título de conde y Grande del Reino, aún en vida de su padre. Hay noticia de él en la historia y en muchas escrituras. En la era 1140 a dos de febrero, Muniadona dio a la Iglesia de Santa María de Astorga y a su obispo D. Afsimundo, muchas posesiones y lugares, y entre otros confirma la donación D. Fernando Díaz, Conde y Señor de Astorga, y sigue firmando privilegios con el título de Conde y Señor de Astorga hasta la era de 1162, año 1124, donde usa del apellido de Sandoval, porque no tenía el de conde que por seguir con lealtad a la reina Dña. Urraca, su señora, contra el rey D. Alfonso de Aragón, el rey se lo había quitado, dando la ciudad de Astorga, a un caballero aragonés. Y en otra donación, hecha por el emperador D. Alfonso al monasterio de San Julián de Samos de la iglesia de Barbadelos, también confirma como rico hombre D. Fernando Díaz de Sandoval.

De Fernando Díaz de Sandoval, fueron hijos, D. Rodrigo Fernández de Sandoval, D. Gómez Fernández de Sandoval y D. Tello Fernández de Sandoval.

D. RODRIGO FERNÁNDEZ DE SANDOVAL

D. Rodrigo Fernández de Sandoval fue Alférez Mayor del emperador, que era el supremo en la guerra, y como condestable consta por una escritura de donación que el emperador D. Alfonso, con su mujer, la reina Dña. Berenguela, concedieron a la iglesia de Astorga a 23 de marzo era 1169, del heredamiento de Villar. Confirma Rodrigo Fernández, Alférez del Rey.

GÓMEZ FERNÁNDEZ DE SANDOVAL

Gómez Fernández de Sandoval fue Alférez del rey D. Sancho "el Deseado". Hay noticia de él en una carta de donación que el emperador D. Alfonso hizo cuando se fundó el monasterio de Villanueva de Oscos, en Galicia, cerca de Ribadeo, a 12 de noviembre, era 1184, año 1146. Estando el emperador con sus hijos en Peñafiel, confirma Gómez Fernández de Sandoval Alférez del Rey D. Sancho. Se casó D. Gómez Fernández de Sandoval, según dicen el conde D. Pedro y otros escritos, con Dña. María Paz Duque, de la que tuvo a D. Diego Gómez de Sandoval.

FERNANDO RODRÍGUEZ DE SANDOVAL

Casó D. Fernando Rodríguez de Sandoval con Dña. Sancha, aunque la escritura que dice esto, no dice quién era, ni el nombre de su padre. Tuvo D. Fernando el Señorío y gobierno de Valladolid. Como lo daban antiguamente los reyes a sus caballeros en honor y se lo debía a D. Fernando Rodríguez por haber sido este lugar de su casa y familia. Consta, por una donación que Dña. Aliarda hizo a la iglesia de Santa María de Valladolid y a su abad D. Martín y religiosos de ella, que llama hermanos. Les da toda su hacienda y recibe el hábito de hermana. Comienza la escritura así:

"Era 1198 a 6 de julio reinando el rey Alfonso en Castilla y Toledo, Fernando Rodríguez de Sandoval en Valladolid y el arzobispo Juan en Toledo".

GUTIÉRREZ RODRÍGUEZ DE SANDOVAL

D. Gutiérrez Rodríguez de Sandoval fue Comendador de Santiago y Trece de la Orden Rades de Andrade, le llama, D Gutiérrez Díaz. Servía al rey D. Fernando de León y, cuando pretendió tornar el reino de Castilla, en la niñez del rey D. Alfonso su sobrino, estuvo muy de su parte. Dio el rey D. Fernando a la Iglesia de Astorga y a su obispo D. Amaldo, la villa de Órbigo y entre otros confirma D. Gutiérrez Rodríguez de Sandoval. Está dado en Zamora en mayo, era 1212. Llámase D. Gutiérrez Rodríguez de Benavente, porque el rey D. Fernando, por servicios que en las guerras le hizo, le dio este lugar en honor. Consta por muchas escrituras del rey, eras 1214, 1215, 1218 y 1219, que dicen: "Reinaba D. Fernando en León y D. Gutiérrez Rodríguez de Sandoval en Benavente, era 1227". D. Gutiérrez Rodríguez de Sandoval, había vuelto a Castilla, al servicio del rey D. Alfonso "el Noble", como parece por una donación que el rey D. Alfonso hizo a la iglesia de Burgos de la décima parte de las Salinas de Rosío y en otra carta semejante del monasterio Real de Nájera, donde, en el orden de los ricos hombres, confirman, D. Gutiérrez Rodríguez de Sandoval, D. Pedro Rodríguez de Castro y D. Pedro Rodríguez de Guzmán.

Fueron hijos de D. Gutiérrez Rodríguez de Sandoval, D. Fernando Gutiérrez de Sandoval, D. Ruiz Gutiérrez de Sandoval y D. Garci Gutiérrez de Sandoval.

FERNANDO GUTIÉRREZ DE SANDOVAL

Sirvió D. Fernando Gutiérrez de Sandoval a los reyes D. Fernando II, y a D. Alfonso su hijo, de León, de cuya mano tuvo en honor el Condado de Limia en Galicia. Era 1243, y por ser tan valeroso fue su alférez, como parece por una escritura en que el rey D. Fernando, con su hijo D. Alfonso dieron a San Vicente del Monte, que fue monasterio de San Claudio de León, unas heredades. Era 1245, confirma D. Fernando Gutiérrez, Alférez del Rey. Fue hijo de D. Fernando Gutiérrez.


RODRIGO FERNÁNDEZ DE SANDOVAL

Que sirvió al rey D. Alfonso de León, de cuya mano tuvo en honor a Benavente y Astorga, como las habían tenido sus antepasados. Parece, por una donación del rey D. Alfonso a la Iglesia de Astorga, en la que [dona] la iglesia de Bendollo y Santa Eulalia, a 23 de marzo, era 1253. Confirma, entre los ricos hombres, D. Rodrigo Fernández, que tenía Benavente y Astorga. Y en la era 1267, poseía el título de Alférez Mayor del Rey como se afirma en los privilegios de Astorga. Y lo mismo en la era 1268, donde confirmados los privilegios de Valparaíso, dice que D. Rodrigo Fernández de Sandoval, Alférez Mayor del Rey, tenía a Astorga, Mayorga, Oviedo y Benavente, que tantos honores había alcanzado del rey, por sus méritos, y en este año murió D. Rodrigo Fernández de Sandoval, porque en el siguiente, de la era 1269, no hay memoria de él, y sí la hay de D. Álvar Núñez, que tenía el oficio de Alférez.

DIEGO GÓMEZ DE SANDOVAL

Vivió en tiempos del rey D. Fernando III "el Santo" y le sirvió en las guerras contra los moros, señalándose mucho como valiente caballero en la toma de Sevilla. Escribe el conde D. Pedro, que Diego Gómez de Sandoval moraba en estos tiempos en Castilla y tenía su estado y casa en la ribera del río Pisuerga. Casó con Dña. Pérez de Vides y fueron sus hijos, Gutiérrez Díaz de Sandoval y Pedro Gómez de Sandoval.

GUTIÉRREZ DÍAZ DE SANDOVAL

Fue gran caballero, en tiempos del rey D. Alfonso "el Sabio", a quien acompañó en su viaje a Alemania, cuando el Monarca pretendía la Corona Imperial. En las confrontaciones que ensangrentaron Castilla durante este reinado hizo de mediador entre los contendientes. Sirvió posteriormente a D. Sancho IV "el Bravo", hallándose memorias de este caballero hasta el año 1292. Casó con Dña. Inés de Guevara y fueron sus hijos Ruiz Gutiérrez de Sandoval y Gómez de Sandoval.

SU HERMANO PEDRO GÓMEZ DE SANDOVAL

Fue Adelantado Mayor del Reino de León y Copero Mayor del Rey. Hay memoria de esto en el repartimiento de Sevilla, hecho por el rey D. Alfonso "el Sabio", año 1253, donde dice que era Copero Mayor del Rey. Y en un privilegio del rey D. Fernando IV dado a los vizcaínos de Durango y a los de la Encartación para que reciban por señor a D. López Díaz de Haro, su primo hermano y alférez, dado en Burgos a 29 de enero, año 1311, que confirma Pedro Gómez de Sandoval, Adelantado Mayor de León.

RUIZ GUTIÉRREZ DE SANDOVAL

Fue Alférez Mayor del Infante D. Juan, hijo del rey D. Alfonso "el Sabio". Pasó con él allende el mar. Volvió cuando las tutorías del rey D. Fernando IV. Siguió al infante en todas las contiendas que tuvo con su hermano el rey D. Sancho, después en la pretensión del Reino de León contra D. Fernando IV. Año 1296, repartiendo los reinos con D. Alfonso de la Cerda y confederándose con todos los Príncipes de España y Francia, como parece por las historias de los reyes D. Sancho y D. Fernando. Su hijo, D. Ruiz Gutiérrez, casó con Dña. Juana de la Vega. Fueron sus hijos Gutiérrez Rodríguez de Sandoval, Juan Rodríguez de Sandoval, Alonso o Alfonso Ruiz de Sandoval y Pedro Ruiz de Sandoval.

GUTIÉRREZ RODRÍGUEZ DE SANDOVAL

Casó con Dña. María Anes de Velasco y fueron sus hijos Álvar Díaz de Sandoval, Gómez Gutiérrez de Sandoval, y Gutiérrez Díaz de Sandoval. Acompañó a los infantes D. Juan y D. Pedro en la entrada que hicieron en la Vega de Granada y murió con ellos el lunes 26 de junio del año 1312. Pudo escapar si hubiera querido mas, viendo que los infantes habían muerto y otros de los suyos, prefirió morir luchando como quien era. Su mujer murió el año 1323.

GUTIÉRREZ DÍAZ DE SANDOVAL

En la historia del rey Alfonso XI, cap. 5, donde se trata de los caballeros hijosdalgo que el rey D. Alfonso armó en la Ciudad de Burgos el año que se coronó, dice:

"que se armaron caballeros de este linaje, Juan Fernández, y ha de decir Juan Rodríguez, que fue un gran caballero como se verá, Álvar Díaz de Sandoval y Gutiérrez Díaz de Sandoval",

que son los tres de la escritura que dice Aponte, hijos de Gutiérrez Rodríguez de Sandoval. Según Fray Prudencio de Sandoval, Gutiérrez Díaz, fue el padre de Diego Gómez de Sandoval, Juan Fernández de Sandoval y de Garci Díaz de Sandoval.

No admite esto Argote de Molina porque dice que Álvar Díaz, fue hermano de Juan Rodríguez de Sandoval, como consta en el Libro del Becerro, y dice que fueron hijos de Gutiérrez Díaz de Sandoval, el que murió en la Vega de Granada y que eran los más ricos y parientes mayores del linaje y, como tales, "Señores de Sandoval". Según Fray Prudencio, Gutiérrez Díaz de Sandoval, fue Señor de Olea y murió en el cerco de Algeciras, habiendo hecho obras maravillosas y el rey sintió mucho su muerte, como se dice en el cap. 279.

JUAN RODRÍGUEZ DE SANDOVAL

D. Juan Rodríguez de Sandoval no solo era, como señor de Sandoval, el más poderoso caballero de su familia en vasallos y lugares, sino también uno de los más poderosos y valientes caballeros en las behetrías de Castilla, como dicen las crónicas del rey. Había muchos caballeros que no se beneficiaban de las behetrías y otros que, como D. Juan Rodríguez de Sandoval, tenían muchas; por eso tenían desavenencias entre ellos y, naturalmente, los que tenían pocas, entre ellos D. Juan Alfonso de Alburquerque, querían repartirlas o quitarlas. Unos y otros acudieron al rey como representante de los más beneficiados; se nombró a D. Juan Rodríguez de Sandoval, dando sus razones al rey y, tales fueron, que las behetrías se quedaron como estaban. En la crónica del rey, cap. 313, dice que,

"en el cerco de Algeciras, mandó el rey poner tres emboscadas a los de Algeciras y, entre los principales caballeros que se escogieron, fue uno, Juan Rodríguez de Sandoval".

Participó en las guerras que mantuvo el rey D. Pedro I con sus medios hermanos los Trastamara y murió en una emboscada que le prepararon sus enemigos, saliendo de un monte cuatro contra él, y consiguieron darle muerte a las puertas de Quintana del Puente, el año 1358.

ÁLVAR DÍAZ DE SANDOVAL

Álvar Díaz de Sandoval, hermano de Juan Rodríguez de Sandoval, que, como queda dicho, recibió caballería de manos del rey D. Alfonso XI en Burgos. Casó con una ilustre señora, que se llamó Dña. María de Rojas. Fue divisero en muchos lugares, con los demás de su linaje. Fueron sus hijos Diego Gómez de Sandoval, Fernando Gutiérrez de Sandoval, Pedro Díaz de Sandoval, que murió en la batalla de Nájera, Álvar Díaz de Sandoval y Gutiérrez Díaz de Sandoval, que murieron en Aragón.

Está enterrado Álvar Díaz en Santa María de Osorno, en la capilla mayor, en su tumba y tumbilla de madera, y con él está su hijo Diego Gómez. Los cuerpos embalsamados están enteros.

DIEGO GÓMEZ SANDOVAL

Sucedió, en la casa y mayorazgo principal, Diego Gómez de Sandoval hijo de Álvar Díaz de Sandoval. Fue caballero muy valeroso, sirvió con gran lealtad al rey D. Pedro I en las guerras contra Aragón y después en las guerras contra su medio hermano Enrique de Trastamara. Murió peleando en la batalla de Nájera, juntamente con su hermano Pedro Díaz de Sandoval. D. Diego tuvo por lo menos dos hijos, Hernán o Fernán Gutiérrez de Sandoval y Álvar Gutiérrez de Sandoval.

La crónica del rey D. Juan I nombra dos caballeros, Álvar González de Sandoval y Fernán González de Sandoval, su hermano, que murieron en la batalla de Aljubarrota, cap., 15. Entiendo que son los dos hermanos que los sumarios llaman Gutiérrez, pues el que escribió la historia los vio y conoció como caballeros de su tiempo.

FERNÁN GUTIÉRREZ O GONZÁLEZ DE SANDOVAL

Vivió este caballero en los reinados de D. Enrique II y D. Juan I, a quien sirvió con singular valor y lealtad. Se casó con Dña. Inés de Rojas, hija de Juan Martínez de Rojas, Señor de Monzón y Cabia y de su mujer, María de Rojas. Dejó Fernán Gutiérrez o González al morir encinta a su esposa Dña. Inés de Rojas, naciendo en ese mismo año, como fruto póstumo de este ilustre linaje, Diego Gómez de Sandoval.

DIEGO GÓMEZ SANDOVAL

Dice Fray Prudencio de Sandoval:

"Seré largo en hacer la relación de este caballero, restaurador de su antigua y nobilísima sangre y de la grandeza que hubo en ella. Según el orden, que como tantas veces he dicho, a Diego Gómez le pusieron el nombre de su abuelo. Le crió el infante de Castilla D. Fernando, hermano del rey D. Enrique, lo llevó a su casa y lo crió con tanto cuidado y regalo como si fuera su hijo, le hizo un hombre muy bien preparado, discreto, prudente, valiente, guerrero y finalmente tal, que mereció el nombre de bueno".

Dice de él Hernán Pérez de Guzmán que:

"Fue hombre de gran cuerpo, grueso y de hombros altos, los ojos pequeños, de habla pausada, tardío y pesado en los hechos, pero codicioso de alcanzar y ganar honra, cuerdo y muy esforzado, pero en su casa y hacienda, negligente y de poca administración. Placíanle las armas y los caballos, caballero de sana condición, llegó a ser uno de los mayores caballeros de Castilla".

Fue tan aficionado a las cosas de caballería, que, a ruego suyo, el doctor D. Alonso de Cartagena, Obispo de Burgos, compuso un libro llamado Doctrinal de los Caballeros(5), dirigido al mismo Conde de Castro y Denia.

Casó D. Gómez de Sandoval con Dña. Beatriz de Avellaneda, hija de Ruy González de Avellaneda, comendador de Ocaña, de la Orden de Santiago, Señor de Gumiel del Mercado, Valdesgueva y Villafrechós, y por este casamiento entraron estos lugares a esta casa. Murió esta señora, Dña. Beatriz, el año 1436, y está enterrada en el monasterio de la Aguilera y allí está su marido, si he de creer a su nieto.

Reconocían tanto los de Castilla la nobleza y antigüedad de la casa y familia de Sandoval y su generosa sangre, que D. Sancho de Rojas, arzobispo de Toledo, codicioso de engrandecer la suya, siendo poderoso en el reino, pidió merced a los reyes, que las mercedes que se hiciesen a D. Diego Gómez de Sandoval, su sobrino e hijo de su hermana, fuesen con la condición de que él y sus descendientes uniesen al apellido de Sandoval el de Rojas, y en sus escudos de armas pusiese las de Rojas. D. Diego Gómez de Sandoval se sintió agraviado de esto y que a su antiguo y noble apellido se le echase esta carga. Pidió al rey que revocase este gravamen, y lo consiguió, como parece por cédula del rey D. Fernando, dada en Monblanque a cuatro de septiembre, año 1414, refrendada por Alonso de Guadalajara y por cédula de la Reina de Aragón, que le dio Saldaña. Fechada en Toro a seis de marzo, año 1421.

Y en algunos edificios que hizo, como fueron, la fortaleza de Lerma y en Denia un cubo junto al mirador del mar no puso sino solas sus armas de Sandoval. En lo cual se echa de ver cuán bien sabía quién era su familia, pues no quería otra compañía, con ser tan ilustre. Dos cosas solas diré de este caballero, qué cosas hizo y qué llegó a tener en el reino".

En las guerras contra los moros, señaladamente sobre Antequera, hizo grandes hazañas, como los reyes lo dicen en las cartas de mercedes que le hicieron, de las cuales haré relación y se verá en ellas cuáles fueron sus obras y en cuánto le estimaban los reyes.

En las contiendas civiles que hubo en el reino, donde no se escapó caballero que no levantase lanza contra el rey, no por servirle, sino por desengañarle, aunque Diego Gómez, con sobrada fidelidad siguió siempre la parte de los Infantes y Reyes de Aragón y Navarra por ser hijos de quien le había criado. Fue con tanto respeto y procurando tanta paz en estos rompimientos, que el mismo rey D. Juan II lo dice en una carta suya y D. Diego Gómez perdió sus grandes estados, por no perder la ley de quién era y ser agradecido a su señor.

En la pretensión del infante D. Fernando, su señor, por el reino de Aragón, yendo de general contra los valencianos que se habían sublevado y, siendo los contrarios 400 de a caballo y quince mil de a pie y los suyos no eran seis mil, les dio la batalla y los venció y prendió y mató cinco mil, que fue una señalada victoria. Fue Diego Gómez de Sandoval grande del Reino y, después de él, lo han sido todos sus descendientes en la casa y mayorazgo, y así pueden tenerse por unos de los más antiguos, con esta dignidad.

Fue mariscal de campo en el ejército que el infante D. Fernando. En nombre del rey Juan II, como gobernador del reino y tutor del rey su sobrino, llevó [¿la campaña?] contra los moros de Andalucía, como lo dice la crónica, año 10 cap. 249.

El infante D. Fernando ya le hizo Adelantado Mayor de Castilla y le dio la villa de Lerma por lo que hizo en la batalla que ganó a los valencianos. La reina Dña. Leonor de Aragón, mujer del dicho rey D. Fernando, dio la villa de Saldaña a D. Sancho de Rojas, obispo de Palencia, para que al fin de sus días pasase a su sobrino D. Diego Gómez de Sandoval por los grandes servicios que hizo al Rey de Aragón su marido, en la sucesión del reino de Aragón, en la batalla contra los ingleses cuando vinieron a favorecer al Conde de Urgel en el cerco de Balaguer. Se la da con llamamiento y vínculo de mayorazgo, como parece por el privilegio fechado en Valencia, el año 1415. El infante D. Juan, hijo del Rey de Aragón, dio a D. Diego Gómez la villa de Maderuelo y un juro de diez mil florines y cuatrocientas fanegas de pan, por los servicios que hizo al rey su padre y a él en particular, por la jornada que con él hizo al reino de Sicilia, con propósito de continuar hasta el reino de Nápoles, dejando su casa y parientes. Y así mismo por haberle dejado el rey su padre el regimiento de la casa de dicho infante y haberle prometido las dichas villas y castillos, cuando hizo la dicha jornada y por otros muchos servicios, como parece por el privilegio dado en Olmedo a 12 de agosto, año 1420.

D. Diego compró la villa de Cea y el rey D. Juan II aprobó y confirmó la venta y la incorporó al mayorazgo, haciéndole merced de cualquier derecho que la corona pudiese tener sobre ella. Por privilegio dado en Segovia a 14 de septiembre de 1419.

La villa de Gumiel del Mercado era de D. Diego por dote de su mujer Dña. Beatriz de Avellaneda y el rey D. Juan el año 1419. Por hacer merced a D. Diego le da un privilegio para que en ningún tiempo pueda volver a la corona real y la instituye e incorpora al mayorazgo de D. Diego.

Compró D. Diego la villa de Gumiel de Hizán a Diego de Ávila y le dio por ella los cincuenta mil florines que tenía asentados en los libros del rey, que se les había dado el Infante D. Juan, los que se le pagaban en el sesmo de Santiago, término de Ávila, como parece por una escritura fechada en Arévalo a 30 de septiembre, año 1427.

El rey D. Juan II le dio la villa de Osorno en un privilegio fechado en Tordesillas el 14 de agosto, año 1423. El rey D. Juan II le dio al adelantado, D. Diego Gómez de Sandoval, por privilegio rodado, en confirmación de otra carta dada en Tordesillas a 21 de septiembre, año 1423, refrendada por Fernán Díaz de Toledo, por la cual en recompensa a ciertos vasallos, que era obligado a darle la villa de Portillo, con su fortaleza y dice que, por los muchos servicios que del adelantado y de los de su linaje él y sus antepasados habían recibido, y en particular, por los grandes y señalados servicios que el adelantado D. Diego Gómez hizo y trabajos que pasó y peligros en que se puso en la villa de Antequera, y por las heridas que allí se le hicieron, y por haber vencido a los moros sobre Jimena, y, así mismo, por los peligros que pasó por mandado del rey, cuando le envió al reino de Aragón, en ayuda del rey D. Fernando su tío, sobre la sucesión de los reinos, y haber vencido a los valencianos, y desbaratado y vencido a los enviados en favor del Conde de Urgel, que toda esta relación hace el privilegio hecho en Ocaña a 14 de junio, año 1424, el rey D. Juan de Navarra, infante de Aragón, dio a Diego Gómez de Sandoval la villa de Denia con su fortaleza y el lugar de Jávea a ocho de marzo, año 1431. Es tan notable este privilegio, que en él da bien a entender el rey lo que este caballero merecía y lo que le amaba. El sello pendiente donde están las armas de Aragón, que son cuatro cabezas cortadas, y de otra parte el rey sentado con su cetro y mundo en las manos, como suele ser de plomo, este es de muy fino oro. La Reina de Aragón, Dña. Leonor de Aragón dio al adelantado D. Diego Gómez, la villa de Valdenebro y su fortaleza, en la carta de ordenación hecha en Medina del Campo a 30 de agosto, año 1422. El Condado de Castrojeriz lo obtuvo D. Diego Gómez de Sandoval, de esta forma: el rey D. Juan de Navarra le dio esta villa por la villa de Maderuelo, que le dio Diego Gómez; la escritura se hizo en Toro el 19 de febrero, año 1426. Y en este año a 11 de abril, el rey D. Juan, le dio título de conde de la dicha villa, incorporando a ella otros muchos lugares, y por le honrar este título, el Rey de Navarra hizo grandes fiestas y justas, como lo dice la historia, año 26, cap. 84. El escrito de concesión del condado, entre otras cosas dice lo siguiente:

"Yo el Rey por hacer bien y merced a vos Diego Gómez de Sandoval, mi Adelantado mayor de Castilla, por los muchos y buenos y leales servicios que vos me habéis hecho e hicisteis y hacéis cada día, y vos y los de vuestro linaje hicisteis a los reyes de donde vengo, tengo por bien y es mi merced y voluntad, que seáis mi conde, y que seáis  conde de vuestra Villa de Castrojeriz. Y yo por esta mi carta os hago y crío mi conde de ella. Y quiero y es mi merced y voluntad que tengáis la dicha Villa con todos sus términos y justicia civil y criminal, y jurisdicción alta y baja y mero e mixto imperio y con todo su territorio y distrito y tierra y aldea, por título de Condado y os llaméis de aquí en adelante conde de la dicha Villa y seáis por tal tenido. Otrosí, por cuanto vos me pedisteis por merced, que anexionase al dicho Condado, e incorporase en él las otras Villas y lugares; es a saber, Portillo, Saldaña, Cea, Lerma y Gumiel del Mercado, Osorno, Villovela y Villatuelda y Terradillos y Pinillos y Cabañas [de Virtus](6) y Santibáñez y Bahabón [de Esgueva] y Oquillas, con todos sus términos, tierras y aldeas y justicia civil y criminal jurisdicción alta y baja mero e mixto imperio y territorio y distrito de las dichas Villas y lugares y de cada una de ellas, porque vos y los que después de vos vinieren y de vos descendieren hubieren de haber o heredar el dicho Condado, seáis y sean más honrados con él, y el estado vuestro y suyo más acrecentado. Yo por esta mi carta agrego e incorporo las dichas Villas y lugares y cada una de ellas, con todo lo cual susodicho; sean todas un Condado y tenidas todas por un Condado. Y que vos y los que de vos descendieren y hubieren de heredar y suceder después de vos en dicho Condado, por indiviso, pero que la dicha vuestra Villa de Castrojeriz sea cabeza de dicho Condado, y que las otras sobredichas Villas y lugares de suyo nombradas y cada una de ellas tengan distinta jurisdicción y diferente, sobre la que ahora tienen. Y otrosí, por haceros bien y merced, quiero y es merced y voluntad, aquel o aquellos, que de vos descendieren y las dichas Villas y lugares de dicho Condado hubieren de haber o heredar después de vuestros días, que sean Condes y se llamen Condes del dicho Condado; que desde ahora los hago y crío mis Condes y Condes de la dicha Villa de Castrogeriz, con las otras Villas y lugares, y les mando y doy licencia para que se llamen Condes; sin haber albala, ni mandamiento, ni licencia mía, ni de los Reyes que después de mi reinares, dice, así, como si del dicho Condado fuesen investidos real y actualmente. Otrosí, es mi merced, que con el título de dicho Condado, que vos y los que después hubieren de haber o heredar el dicho Condado, vos y ellos os podáis llamar y llaméis Señores de la dicha Villa de Saldaña, aunque se incluya en dicho Condado. Y quiero y es mi merced y voluntad y mando, que vos, y los que después de vos el dicho Condado hubieren de haber, o heredar, que halléis y gocéis, y tengáis y tengan y gocen y bien y os sean y les sean guardadas plenaria y cumplidamente todas las preeminencias y excelencias y privilegios y honras y franquezas y libertades y exenciones e inmunidades reales y personales, mixtas, ordinarias, extraordinarias, y otras cualesquier, y todas las prerrogativas y todas y cualesquier otras cosas de que los Condes hechos por los Reyes de Castilla gozaron y pueden y deben gozar, usar y haber, y según que mejor y más cumplidamente fueron y son y deben ser guardadas a los otros Condes que hasta aquí fueron o ahora son en mis Reinos y Señoríos de Castilla y hechos y criados por los Reyes de Castilla. Otrosí, quiero y es mi voluntad que las sobredichas Villas y lugares y cada una de ellas, con todo lo sobredicho, tengan todos los privilegios y franquezas y libertades y exenciones e inmunidades, que hubieron y han de haber, cuando por ser Condado, las Villas y lugares que son de Condado. Y gocen y usen de todo ello, según que mejor y más cumplidamente gozaron y gozan y deben gozar, usaron y usan y deben usar, las otras Villas y lugares que son de Condado en los mis Reinos de Castilla, o cualquier o cualquier de ellas o de ellos. Y por la presente carta, la cual luego os entrego, y vos de mí recibiréis en vuestras manos, y os invito en dicho Condado, y si necesario os entrego la posesión de él por esta mi carta; si necesario y cumplido os es y vos quisieseis mando a mi Canciller y a los otros oficiales, que están a la tabla de mis sellos, que os den y libren y sellen mis cartas y privilegios, las más fuertes y con más firmeza, que en esta razón menester sean, para que mejor y más cumplidamente os sea guardado lo susodicho, y cada una cosa y parte y articulo de ello.
Hecho en la Ciudad de Toledo a once días del mes de abril año del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, 1426. Yo El Rey".

El rey D. Alfonso de Aragón dio al Conde de Castrojeriz, Diego Gómez de Sandoval, la ciudad de Borja y la villa de Malagón, por los muchos y grandes servicios que al rey D. Fernando su padre en la sucesión del reino y por haberlos criado a él y a su hermano el Rey de Navarra y demás hermanos y otros muchos servicios. Fue dada en Lérida a seis de marzo de 1431. El rey D. Juan de Navarra dio al Conde de Castrojeriz, su mayordomo mayor, de su consejo, con licencia del rey D. Alfonso de Aragón su hermano, la ciudad de Balaguer, en el Principado de Cataluña, por los servicios referidos en los otros. Dada en la Ciudad de Tudela a 31 de octubre año 1431. Refrendado por Antonio Nogueras, secretario de los Reyes de Aragón y Navarra. El rey D. Juan II vendió al dicho conde la villa de Almansa, por dos cuentos (millones) y doscientos mil maravedís, a cumplimiento de siete cuentos que el dicho conde y sus hijos, D. Hernando o Fernando y D. Diego, hubieron de haber de los gajes, raciones y quitaciones que tenían en los libros del rey, y de las rentas de las villas y lugares del dicho conde, D. Diego Gómez, las cuales el rey había mandado separar por algunas informaciones que le habían sido hechas contra el conde y mandado no le pagasen. Y, después, recabada sobre todo verdadera información, estando el conde ausente de estos reinos, le mandó llamar y venir a sí y restituir y desembargar sus bienes, anulando todo contra él hecho y procesado, dándole por libre y absuelto de todo ello, para siempre jamás. Y porque se halló que montaban los maravedís que él y sus hijos hubieron de haber por la dicha razón, los dichos siete cuentos, se los mandó pagar y pagó en cierta manera y a cuenta de ellos le dio la dicha villa, como largamente consta por el privilegio dado en Castronuño, 12 de diciembre, año 1439.

El rey D. Juan II hizo merced al dicho conde de la villa de Jumilla, en el obispado de Cartagena, porque en los hechos y movimientos pasados de aquellos tiempos se portó como bueno y leal caballero, guardando su lealtad y fidelidad, como siempre la guardó, poniendo y trabajando por poner en los reinos toda paz, tranquilidad y sosiego, para que los dichos movimientos y hechos cesasen, según que plugo a Dios cesaron. Y así mismo porque se portó bien y lealmente con el príncipe D. Enrique su hijo, en cuya compañía se hallaba a la sazón, procurando que fuese muy obediente hijo y cumpliese lo mandado por su padre y por otros muchos y señalados, grandes y leales servicios que le hizo, como largamente los refiere el privilegio. Dado en Valladolid a cinco de junio, año 1442, refrendado por Hernando Yáñez de Jerez, escribano.

Tenía el conde, D. Diego Gómez de Sandoval, en maravedís y en pan, en los libros del rey lo siguiente:

Una cantidad de tierra para 176 lanzas, 189 maravedís de tierra, para diez ballesteros 8 000 maravedís.
De mantenimiento cada año, ciento setenta mil maravedís.
De merced de por vida, tres mil quinientos florines a setenta y seis maravedís cada uno.
De otras tres mercedes de por vida, veinticuatro mil maravedís.
En alcabalas de Roa, ciento dos mil maravedís de por vida.
En las tercias del arciprestazgo de Aranda, diez mil fanegas de pan y cinco mil cántaras de vino.
La condesa su mujer tenía de juro de heredad, cobrado en las alcabalas de Sahagún, Cisneros y Melgar, ciento cincuenta mil maravedís.
D. Pedro y D. Juan sus hijos, ración por donceles, 7 200 maravedís cada uno.

Todo esto y más obtuvo D. Diego Gómez de Sandoval. Pero no todo fueron riquezas y honores bien ganados en las guerras y batallas en que participó, porque en la Batalla de Olmedo, que no pasó de una escaramuza entre el Rey de Castilla, D. Juan II, y sus sobrinos los Reyes de Navarra y Aragón, D. Diego, por su lealtad a los hijos del que le crió y él, a su vez, les crió a ellos y que eran su verdadera familia los Reyes de Navarra y Aragón, al perder la batalla, la única que perdió, perdió de momento todos sus bienes en Castilla, aunque después sus descendientes recuperaron algunos. Murió en el reino de Aragón, con sus bienhechores los reyes de aquel reino a los 70 años de edad, el año 1455.

FERNANDO DE SANDOVAL Y ROJAS

Hijo mayor de D. Diego le sucedió en la familia y casa de Sandoval. Desde muy joven fue muy valiente, ya que según algunos a los 14 años y otros dicen que a los 24 o 25, tomó, al frente de algunos caballeros y soldados, la ciudad de Medina del Campo en una de aquellas disputas que mantenían unos y otros los parientes reales, y se rindió por orden de su padre, que no supo esto hasta después de su conquista. Más tarde estuvo, con su padre y hermano Diego, en una batalla naval cerca de la isla de Ponza, que hoy es de Italia; allí luchó a favor de los Reyes de Navarra y Aragón contra la armada de Génova y en la que fueron vencidos y llevados presos a Milán. Pero el duque Felipe, que mandaba en Milán les dio la libertad. Poseyó D. Fernando de Sandoval, el estado de Denia en el reino de Valencia. Y fue, en vida de su padre, Adelantado Mayor de Castilla por renuncia que él hizo el 28 de marzo, año 1444, en virtud de una cédula, para poder renunciar, dada por el rey D. Juan II. Tuvo que poner el apellido y armas de Rojas a continuación del apellido de Sandoval y las armas de Rojas junto a las de los Sandovales, que su padre D. Diego se negó a poner y lo consiguió del rey, pero no sus descendientes, por complacer a aquel arzobispo tan aprovechado de la sangre y méritos de los Sandovales para engrandecer la sangre de los Rojas, como decían D. Diego Gómez de Sandoval y Fray Prudencio. D. Fernando de Sandoval, insistió siempre al rey D. Enrique IV para que le restituyese el Condado de Castro y demás posesiones que les habían quitado. Y en los acuerdos, que el rey D. Enrique hizo el año 1458 y primero de su reinado, con su tío y suegro, D. Juan, rey de Navarra, uno de los principales acuerdos, fue que al conde, D. Fernando de Sandoval, y a sus hermanos les restituyesen todos los lugares y fortalezas, títulos y honores que en Castilla se les habían quitado. Dio poder a su mujer, Dña. Juana Manrique, para que tomase posesión de ellos, pero solo pudo tomar posesión de Lerma, Gumiel y Cea. Luego se enfrentaron el rey D. Enrique y su hermano Alfonso y pudieron llevar a su fin todos los acuerdos. D. Fernando y su hijo D. Diego, fueron a favor del infante D. Alfonso, y les dio todas las alcabalas y tercias y moneda forera, y las demás rentas, impuestos y derechos, pertenecientes al rey D. Enrique, en todas las villas y lugares solariegos, behetrías y encomiendas, alfoces y sacadas, que entonces poseía D. Fernando, llamándole Conde de Castro, para que los lleven y gocen hasta tanto que fuese restituido y reintegrado en su casa y mayorazgo, como su padre y abuelo lo tenía y poseía.

El decreto lo dio en Segovia, el dos de octubre, año 1467. Pero como D. Alfonso no se hizo con el reino, se quedaron igual o peor, porque D. Enrique no cumplió los acuerdos firmados con el Rey de Navarra. Después insistieron tanto a los Reyes Católicos para que les fuera restituido todo lo suyo sin conseguirlo, a pesar de las buenas palabras e intenciones de los reyes, ya que los que tenían sus posesiones no las quisieron dejar, y los reyes tampoco les obligaron.

Casó, ya en vida de su padre, con Dña. Juana Manrique, hija del adelantado D. Pedro Manrique y de su mujer Dña. Leonor de Castilla, nieta del rey D. Enrique II, y tuvieron un hijo, llamado D. Diego Gómez de Sandoval.

DIEGO GÓMEZ DE SANDOVAL

Sucedió a su padre en el estado y casa de sus antepasados. Se llamó como su abuelo y fue el primer Marqués de Denia, merced de los Reyes Católicos, a los que sirvió valerosamente en la Guerra contra Portugal y conquista del reino de Granada.

Pretendió con todas sus fuerzas se cumpliese con él, lo que estaba capitulado sobre la restitución de su casa y estados y ganó provisiones de los reyes para que se cumpliesen, años 1493 y 1495. Puso demanda por Castrojeriz a D. Álvaro de Mendoza y por la villa de Osorno a Garci Manrique y, habiendo el Consejo mandádoles citar, al tiempo de despachar la provisión de emplazamiento la mandaron retener los reyes, como parece por un testimonio, que de ello tomó D. Diego, que está en el archivo de esta casa, legajo de la restitución de ella.

Tuvo grandes contiendas con el Conde de Ureña, sobre Gumiel de Hizán. Pusiéronse los reyes de por medio y el D. Diego la dejó al de Ureña, ofreciéndole el rey cierta satisfacción que no cumplió enteramente.

Casó el marqués, D. Diego Gómez, con Dña. Catalina de Mendoza, hija del Conde de Tendilla, y tuvieron seis hijos, D. Francisco y D. Yñigo que murieron niños, D. Bernardo de Sandoval, D. Fernando de Sandoval, Dña. Elvira de Sandoval y Dña. Magdalena de Sandoval.

Murió en Lerma el año 1502 y está enterrado en la capilla mayor de la Iglesia de San Pedro y dice en su testamento, que donde el fuese sepultado, traigan los huesos del conde D. Diego Gómez su abuelo y de Dña. Beatriz su abuela y de la Condesa Dña. Catalina de Mendoza su mujer, que están enterrados en el Capítulo de la Aguilera, y los del conde su señor que están en San Francisco de Borja.

BERNARDO DE SANDOVAL

Sucedió a su padre en el Marquesado de Denia, y demás estados. Fue del consejo del rey D. Fernando, y gran servidor suyo, en vida y en muerte, acompañando al mando de sus criados el cuerpo del rey, desde Madrigalejo, donde murió, a enterrar a Granada, en enero del año 1516. Estuvo en la conquista de Granada y fue uno de los señores más estimados de los Reyes Católicos. Fue mayordomo mayor del Rey Católico, como lo dice el asentamiento y título despachado por mano del escribano de raciones, dado en Medina del Campo, el primero de mayo del año 1504.

Fue del Consejo del emperador y de la reina Dña. Juana, su madre, y mayordomo mayor y gobernador de la casa de la reina en Tordesillas.

Insistió, así mismo, en la recuperación y entrega de las posesiones de sus antepasados, en tiempo del Rey Católico y del emperador, pidiendo se cumpliese lo capitulado, y fue mandado ver en consejo y recibidas pruebas e informaciones, con citación del fiscal, y se concluyó para definitiva y se quedó en este estado, según parece, por el proceso que está en el archivo de la familia.

El rey D. Fernando le hizo gran senescal de Sicilia por los servicios que le había hecho en la Guerra de Granada, y en acompañarle a Nápoles y echar a los franceses del Rosellón.

Casó el marqués D. Bernardo con Dña. Francisca Enríquez, prima hermana del Rey Católico, y tuvieron dos hijos, D. Luis de Sandoval, que le sucedió y D. Enrique de Sandoval, comendador de Caravaca, de la Orden de Santiago, D. Diego de Sandoval, del hábito de Alcántara, y once más, entre ellos nueve hijas y un hijo que tuvo de soltero con una doncella de Fuenterrabía, que se llamó D. Cristóbal de Rojas y Sandoval y fue Arzobispo de Sevilla, y [está] enterrado en Lerma, en la Colegiata de San Pedro.

Murió el marqués, D. Bernardo el 31 de enero del año 1536.

LUIS DE SANDOVAL

Fue Conde de Lerma y Marqués de Denia, comendador de Paracuellos, de la Orden de Santiago, sucedió a su padre, en el estado y oficio de mayordomo mayor de la reina, Dña. Juana, hasta que Dios la llevó, en Tordesillas. Casó con Dña. Catalina de Zúñiga, hija mayor del Conde de Miranda. Murió en Córdoba el año 1570 y está enterrado en el monasterio de [Santa María de] Trianos, en la capilla mayor, cerca de su villa de Cea. Le sucedió su hijo.

FRANCISCO DE SANDOVAL

Que fue Conde de Lerma y Marqués de Denia y comendador de Paracuellos, como su padre. Largo y generoso caballero, fue uno de los designados, por el rey D. Felipe II para acompañar a su hijo, el infante D. Carlos, cuando fue recluido. Y fue de su cámara, el cual murió en sus brazos y custodia, y estando para expirar le dio una imagen del descendimiento de la cruz que tenía el Príncipe a la cabecera de su cama en señal de amor y para que tuviese un recuerdo de Su Alteza, y el marqués, que no era entonces sino Conde de Lerma, para que no se perdiese en su casa, [el] don dado de la mano de tan gran príncipe lo incorporó a su mayorazgo.

Después de esto, estuvo al servicio del rey D. Felipe y muy estimado y amado por él, como a todos fue muy notorio. Le envió a dos embajadas.

La una a dar la enhorabuena a la reina Dña. Ana de Austria al desembarcar en Santander. Y la otra a dar el pésame por la muerte de la princesa Dña. Juana a la Reina de Portugal, Dña. Catalina y al rey D. Sebastián, su hijo.

Casó D. Francisco de Sandoval con Dña. Ysabel de Borja, hija del Duque de Gandía, D. Francisco de Borja, y de su mujer Dña. Leonor de Castro, y tuvieron cuatro hijos, D. Francisco Gómez de Sandoval, D. Juan de Sandoval, que fue el primer Marqués de Villamizar, Dña. Catalina de Sandoval, que casó con D. Hernando Ruiz de Castro y Andrade, Conde de Lemos y Virrey de Nápoles, y Dña. Leonor de Sandoval, que casó con D. Lope de Osorio de Moscoso, I Conde de Altamira y mayordomo de la reina nuestra señora.

FRANCISCO GÓMEZ DE SANDOVAL

D. Francisco Gómez de Sandoval fue Conde de Lerma y Marqués de Denia, y fue gentilhombre de cámara, comendador de Mérida, Trece de la Orden y Caballería de Santiago y Caballerizo Mayor del príncipe D. Felipe en tiempos de su padre el rey Felipe II. Casó D. Francisco con Dña. Catalina de la Cerda, dama de la reina Dña. Ana, hija del Duque de Medinaceli y Mayordomo Mayor de la misma reina, y


Diego Gómez de Sandoval, Conde de Salinas, Comendador Mayor de Calatrava. que casó con la única hija y heredera del Duque del Infantado, Dña. Juana de Sandoval, que se casó con D. Manuel Domingo de Guzmán, Conde de Niebla, primogénito de los Duques de Medina Sidonia, cuyo título heredó, y fueron padrinos de la boda, el rey D. Felipe y su hermana, la infanta Dña. Isabel, y les casó el arzobispo de Toledo D. García de Loaysa. Dña. Catalina de Sandoval, que se casó, con el Conde de Lemos y Marqués de Sarriá, y Dña. Francisca de Sandoval que se casó con el Duque de Peñaranda. Como ven a todos sus hijos les casó con la flor y nata de la nobleza española. Cuando subió al trono el rey Felipe III nombró a D. Francisco Gómez de Sandoval su favorito y privado y le encomendó la gobernación de España y sus Estados Europeos y Colonias Americanas y Filipinas. 

CONCESIÓN DEL TÍTULO DE DUQUE DE LERMA,
A D. FRANCISCO GÓMEZ DE SANDOVAL

D. Felipe III, por hacer bien y merced a vos, D. Francisco Gómez de Sandoval, Marqués de Denia y Conde de Lerma, del nuestro Consejo de Estado, nuestro Sumiller de Corp., y Caballerizo Mayor, y Comendador Mayor de Castilla. Acatando los muchos, grandes, leales, y señalados servicios, que vos y vuestros pasados habéis hecho a Nos y a los nuestros continuamente, así en la nuestra Real Casa, como en las guerras, y señaladamente los que hizo al señor rey D. Juan el Segundo Diego Gómez de Sandoval, Conde de Castro y Adelantado Mayor que fue de Castilla, vuestro sexto abuelo, en las guerras contra los moros de Ronda, Setenil y Antequera, en que, recibiendo muchas heridas, peleó esforzadamente y los venció cerca de Gimena, y en las que tuvo siendo Capitán General del señor rey. D. Fernando de Aragón, hasta tomar en su nombre la posesión de aquel reino, venciendo al gobernador de Valencia y valencianos, hasta hacerles obedientes, venciendo también a los ingleses que vinieron en favor del Conde de Urgel en el cerco de la ciudad de Balaguer, y los leales servicios que el mismo hizo mostrando ser verdadero y fidelísimo vasallo, y aquietador de los tumultos y guerras civiles de Castilla, así de los que hubo entre el dicho señor rey D. Juan y los Infante y Reyes de Aragón y Navarra, nuestros progenitores, como de los que hubo entre el mismo señor rey D. Juan y el señor rey D. Enrique IV, su hijo, siendo príncipe, y de otros muchos y leales servicios que son notorios, de que consta por historias y por muchos privilegios, y acatando asimismo los que hizo D. Fernando de Sandoval y Rojas su hijo, Adelantado Mayor de Castilla, Conde de Castro, en la batalla naval que dieron los señores reyes D. Alonso de Aragón, y D. Juan de Navarra contra los genoveses, y los que hizo al señor D. Enrique IV en las guerras contra los moros de Granada y también los servicios que hizo D. Diego de Sandoval y Rojas su nieto y vuestro rebisabuelo, Conde de Castro, a los señores Reyes Católicos, D. Fernando y Dña. Ysabel, nuestros rebisabuelos, así en la sucesión de estos reinos, como en la posesión y pacificación de ellos, trayendo a su costa mucha gente de infantería y de a caballo de sus vasallos y criados, y de la tierra de Burgos y de Aranda de Duero, y a los que hizo contra los moros en la batalla de Málaga.

Por los cuales, y otros muchos habiéndole confirmado el título de Conde de Castro, le dieron también el de Conde de Lerma, y después el de Marqués de Denia; y acatando, así mismo, de D. Bernardo de Sandoval y Rojas, marqués de Denia, su hijo, vuestro bisabuelo, mayordomo mayor que fue del dicho señor rey D. Fernando, a quien desde su niñez sirvió y acompañó, sin apartarse de su persona y servicio en tiempo de paz y guerra, ni en la salida de estos reinos a Nápoles, y vuelta de ellos, hasta que murió, y que solo él, de los Grandes de Castilla acompañó y llevó su cuerpo a enterrar a su real capilla de Granada y los que después hizo a la señora reina Dña. Juana mi bisabuela, siendo su mayordomo mayor, y gobernador de su Real Casa, y al emperador, D. Carlos, mi abuelo, siendo de su consejo en las ocasiones de aquellos tiempos y teniendo así mismo atención a los servicios que D. Luis de Sandoval y Rojas su hijo vuestro abuelo hizo, habiendo sucedido en el mismo oficio de Mayordomo Mayor, Gobernador de la dicha señora reina, Dña. Juana, los cuales continuando D. Francisco de Sandoval y Rojas, Marqués de Denia, vuestro padre, en tiempos del rey D. Felipe mi padre, y señor, que haya gloria, siendo gentilhombre de la cámara, habiéndolo sido primero de la del serenísimo príncipe D. Carlos, mi muy caro y muy amado hermano, en cuyos brazos murió su Alteza. Y finalmente acatando los muchos, notorios y leales servicios, que vos el marqués hicisteis a su Majestad, siendo también gentilhombre de su cámara, y su virrey, y Capitán General del Reino de Valencia, y los que a mí me habéis hecho y cada día hacéis con continua asistencia, cerca de mi real persona por lo cual sois muy digno, y merecedor de muy grandes mercedes que os hagamos, así en honor de vuestro nombre, título, como en acrecentamiento de vuestra casa, estado y patrimonio. Por ende, como quiera que vos y los dichos vuestros progenitores habéis sido y sois de los nuestros antiguos Grandes de Castilla, hemos acordado y deliberado de os hacer y hacemos conde de la vuestra villa de Lerma, y queremos y nos place, que de aquí adelante, perpetuamente para siempre jamás, vos, y los sucesores en vuestra casa y mayorazgo, os podáis llamar, e intitular, y os llaméis e intituléis Duque de Lerma, y Marqués de la vuestra villa de Cea, que Nos por esta nuestra carta os criamos y hacemos conde y marqués de las dichas villas; y queremos y es nuestra merced y voluntad que las hayáis y tengáis y poseáis con todos sus términos, justicia y jurisdicción civil y criminal, alta, baja, mero e mixto imperio, con las escribanías y todo su territorio, y distrito, aldeas, alfoces, sacada de ellas, y de todo lo a ella anexo, y perteneciente, por título de ducado y marquesado, y os llaméis de aquí adelante e intituléis y seáis llamado, e intitulado para en toda vuestra vida Duque de Lerma y Marqués de Denia y Cea, y después de vos aquel o aquellos que vuestra casa y mayorazgo heredaren, para siempre jamás, y que hayáis y gocéis hayan y gocen, y os sean guardadas todas las gracias, honras, altelaciones (sic), preeminencias y prerrogativas, que han y gozan y deben haber y gozar, así por derecho, leyes de estos reinos, como por costumbres antiguas de ellos, los otros duques, que han sido y son en ellos, y podáis traer y traigáis todas las insignias, y usar y ejercer todas las ceremonias que por razón del dicho título de duque debéis traer, usar y ejercer; y vos y los dichos sucesores seáis habidos y tenidos y respetados por tales duques, sin que sea necesario mandamiento, ni licencia mía para ello, ni de los reyes que después de mi vinieren, ni que hayan de venir ante mí o ante ellos los que así hubieren de heredar, y subceder y heredaren, y sucedieren en el dicho estado y mayorazgos, para efecto de se poder llamar e intitular duques, que yo desde ahora los creo y hago duques subcesivamente a cada uno de ellos; bien así, como si el dicho Ducado fuesen investidos real y actualmente por Nos, y por los demás Reyes de Castilla, nuestros sucesores. Y así mismo tenemos por bien, que podáis transferir, y pasar el dicho título de Marqués de Cea a vuestro hijo mayor, D. Cristóbal Gómez de Sandoval para que sea y se llame Marqués de Cea y eso mismo puedan hacer y hagan vuestros sucesores en el dicho Ducado con sus hijos mayores sucesivamente para siempre jamás; y porque el dicho rey D. Fernando de Aragón, por una su carta, y provisión, dada en la villa de Cifuentes a 18 días del mes de julio del año 1412, siendo suya la dicha villa de Lerma, hizo merced del señorío, vasallaje y jurisdicción de ella y de sus rentas, pechos y derechos al dicho Diego Gómez de Sandoval vuestro sexto abuelo, Adelantado Mayor que fue de Castilla, para él y sus hijos, y descendientes varones legítimos, por orden, y con los gravámenes, y condiciones contenida en dicha carta, y provisión según y más largamente se contiene (cuyo tenor queda puesto) y nos habéis suplicado, que por ser la dicha carta, y provisión susos incorporada, y los gravámenes, y llamamientos en ella contenidos, en perjuicio de la perpetuidad que es razón haya en vuestra casa, estado y mayorazgos, y del nombre y apellido vuestro antiguo de Sandoval, cuya cabeza sois por línea paterna y masculina, mayormente queriendo vos como queréis, que la dicha vuestra villa de Lerma sea la cabeza del dicho vuestro estado, y asentar en ella el título de duque, de que os hacemos merced y agregar, e incorporar en el dicho Ducado las demás vuestras villas y lugares que al presente tenéis, y por título, y bienes de mayorazgo poseéis con las tercias y alcabalas, otras rentas que en ellas gozáis y lo que tuvieredes adelante y quisieredes encorporar, e incorporaderes en él, para que el sucesor o sucesores en el dicho vuestro estado sea y sean señores y poseedores de todas ellas, por título de ducado y mayorazgo, fuésemos servido de hacer la dicha incorporación y anexión de ella, derogar, anular, y quitar todos los gravámenes, condiciones y llamamientos contenidos en la dicha carta y provisión suso incorporado y anejas desde luego al dicho título de duque, las vuestras villas de Lerma, y su tierra y alfoz, y la villa de Denia, y Jávea, con el lugar del Vergel, y todo lo anexo y perteneciente al Marquesado de Denia, y al Marquesado y villa de Cea, con su tierra, aldeas y sacada(7), y la villa de Gumiel de Mercado y su tierra, y la villa de Ampudia, con todo lo a ella anexo y perteneciente, y la de Ventosilla, con todos sus términos, y justicia, y jurisdicción civil y criminal, alta, baja, mero e mixto imperio, las escribanías de las dichas villas y lugares, y de cada una de ellas, y todas las alcabalas, tercias, pedidos, humazgos(8) e informaciones, fueros, patronazgos, y moneda forera, diezmos, aduanas, ancorages, piages, y portazgues, y otros cualesquier derechos y tributos, que al presente tenéis, con todos los heredamientos, montes, egidos, prados, tierras, sotos y dehesas, casas, fortalezas, molinos, pesquerías y almadrabas de atunes, y otro pescado de mar y ríos, y todos los demás frutos y rentas, pechos y derechos debidos al dicho vuestro mayorazgo y mayorazgos y a vos en cualquier manera, por derecho, privilegio, sentencia o costumbre de que gozáis, y debéis gozar y de todo ello, y lo que más vos acrecentaredes según dicho es, hiciésemos un cuerpo y mayorazgo ordinario, con las cláusulas, vínculos y firmezas necesarias, para que perpetuamente se suceda en él, según que sucede en mi Reyno de Castilla conforme a la Ley de Partida(9), para que vos y los que después de vos vinieren y descendieren e hubieren de haber y heredar el dicho Ducado de Lerma y Marquesados de Denia y Cea y los demás de susos referidos, seáis y sean más acrecentados, y el dicho vuestro estado y mayorazgo más aumentado y menos sujeto a penas, gravámenes, pleitos, disensiones y diferencias, o como la nuestra merced fuese. Y Nos, acatando todos los servicios suso referidos, y los que esperamos que vos el dicho conde y vuestros sucesores nos haréis adelante, y en alguna remuneración de ellos, y porque en derogar, anular, y quitar los derechos gravámenes de la dicha carta, y provisión suso incorporada, así en lo tocante a la varonía y exclusión de hembra, línea transversal, como en la condición de armas derechas, y apellido de Rojas, y en los llamamientos de que heredare la villa de Medina del Campo, no hay hasta ahora derecho adquirido a otro tercero, por no haber llegado el caso, ni faltado varón legitimo descendiente del dicho adelantado, Diego Gómez de Sandoval, y por esto jamás lugar el renovar, derogar o reformar, instituir, o siendo necesario fundar el dicho vuestro mayorazgo con nuevas cláusulas para mayor perpetuidad de él, mayormente anexionando, y acrecentando en él las demás vuestras villas y otras haciendas que tuvieredes, y le adjudicaredes, según dicho es, y porque se conserve como vos lo deseáis, y es justo, la perpetuidad de vuestra casa, y estado el vuestro antiguo apellido de Sandoval en ella, lo hemos tenido y tenemos por bien: y por la presente, de nuestro propio motu, y cierta ciencia, y poderío Real absoluto, de que en esta parte queremos usar y usamos, como rey y señor natural, no reconociendo superior en lo temporal, anexionamos e incorporarnos los dichos Marquesados de Denia y Cea, y las dichas villas y lugares y todas las rentas, alcabalas tercias, tributos, derechos y acciones y demás cosas de suso referidas al dicho Ducado de Lerma. Y queremos y mandamos que todas ellas sean anexas a él y habidas y tenidas por ducado y marquesados pro indivisos, de tal manera que la vuestra villa de Lerma sea cabeza del dicho Ducado, y que los Marquesados de Denia y Cea y las otras villas sobredichas, hayan y tengan jurisdicción distinta, apartada de por sí entre sí cada una, según que ahora la han y tienen; pero que todo sea un ducado y mayorazgo, y lo hayáis y poseáis, hayan y posean todo junto como dicho es, por juro de heredad perpetuamente, para siempre jamás, por vía y título de mayorazgo ordinarios, vos y vuestros hijos, y descendientes varones y hembras y a falta de ellos y de los transversales el pariente más propincuo al último poseedor, prefiriendo siempre el varón a la hembra, y el mayor al menor en la forma y con las condiciones y llamamientos de mayorazgo ordinario perpetuo, conforme a la Ley de Partida, o según y como se sucede en mi Reyno de Castilla, sin otro gravamen, modo, pena, obligación, ni condición alguna de las que en contrario están puestas en la dicha carta, y previsión del dicho rey Fernando, suso incorporada, la cual en esta parte abrogamos, derogamos, casamos, cancelamos, y damos por ninguna, y de ningún valor y efecto quedando en su fuerza y vigor para en lo demás en ella contenido, no embargante que para o se diga que para perjuicio a nuestra Corona y patrimonio Real, y sin que se pueda decir ni oponer que hubo falta, o defecto de nuestra intención, porque nuestra voluntad, es que hayáis el dicho Ducado y villa de Lerma y los marquesados, villas y lugares susodichos, por vía y título de mayorazgo, perpetuo y ordinario, para siempre jamás, para que se suceda, según y de la manera que se sucede en mi Reino de Castilla, conforme a la Ley de Partida, y apartamos de Nos, y de nuestra corona, y patrimonio Real, todo y cualquier derecho y acción que por la carta, provisión suso incorporada, tenemos y podríamos tener Nos o los reyes nuestros sucesores a la dicha villa de Lerma, por haber sucedido y heredado la dicha villa de Medina del Campo, según los llamamientos, penas y condiciones en la dicha carta y provisión suso incorporada, contenidas, y cualquier de ellas, y os lo remitimos y alzamos libremente, desde ahora para siempre jamás, y lo cedemos y traspasamos en vos el dicho conde y en vuestros sucesores, para que lo hayáis y tengáis, hayan y tengan por título de mayorazgo ordinario, perpetuo, según dicho es, con tal que vos el dicho conde, y o los que en el dicho vuestro ducado, marquesados y mayorazgos, sucedieren, le hereden; toméis y traigáis, tomen y traigan en primer lugar las armas derechas y apellido de Gómez de Sandoval, vuestro antiguo linaje, pero bien permitimos que vos, y el que en dicho Ducado, y mayorazgo sucediere, podáis y puedan traer y tomar las armas, y apellido de Rojas, en el segundo u otro lugar que le pareciere a vuestra o su voluntad, y en caso que vos el dicho conde, lo que Dios no quiera, o cualquier de los vuestros descendientes, y sucesores en el dicho vuestro Ducado, y mayorazgo, algún maleficio, o crimen, cometiese, o alguna otra cosa, hicieredes, o hiciesen, que de derecho, ipso iure(10), o por sentencia, vuestros bienes hubiesen ser confiscados, o por otra cualquier manera perdidos, e se debiesen perder, y aplicar a mí y a los reyes que después de mi vinieren, o a la nuestra corona, o patrimonio Real debiesen ser dados, o se diesen, y entregasen a otra persona cualquiera, mi merced y voluntad es, en los dichos casos, y en cualquier de ellos u otro semejante, que este dicho Ducado, y mayorazgo, con todo lo sobredicho a él anexo, ni el usufructo, ni uso y de cada cosa, e parte de ello, no sea ni pueda ser confiscado, ni entregado a mí, ni a los reyes que después de mí vinieren, ni a otra persona alguna, y que en tales casos o en cualquiera de ellos, el tal sucesor quede inhábil para tener, llevar, y gozar el dicho Ducado, y mayorazgo, y en todo lo que suceda luego ipso facto(11) el siguiente sucesor en grado, varón, o hembra según va declarado, y se debe suceder por orden, llamamiento de mayorazgo ordinario, así como se haría si naturalmente muriese aquel que los dichos maleficios, y cosas hubiese cometido o hecho, porque lo debiese perder, pero es mi merced que si por mí, o por otros reyes que después vinieren, el tal que lo sobredicho hubiese cometido y pedido, fuere restituido en integro, también le sea vuelto y restituido el dicho Ducado y mayorazgo, para que lo tenga y goce todo en la misma forma y manera que lo tenía y gozaba antes que los tales delitos cometiese, lo cual todo que dicho es, queremos y mandamos que se haga, y cumpla, sin embargo, de cualesquier leyes, fueros y derechos, usos y costumbres pragmáticas, y sanciones de estos nuestros Reynos y señoríos generales y especiales, hechas en Cortes, o fuera de ellas que en contrarío de lo susodicho sean, o ser puedan, que nos, por la presente, habiéndolas aquí por insertas, e incorporadas, dispensamos con ellas, o con cada una de ellas, y darnos por ninguna, y de ningún valor ni efecto, en cuanto a esto toca, y tocar puede en cualquier moneda, quedando en fuerza, y vigor para lo de adelante y mandamos a los infantes y prelados, duques, marqueses, condes, ricos hombres, priores de las órdenes, comendadores y subcomendadores, alcaides de los nuestros castillos y casas fuertes y llanas, y a los del nuestro Consejo, presidente, y oidores de las nuestras audiencias, alcaldes, alguaciles de la nuestra casa y corte y chancillerías, y a todos los corregidores asistentes, gobernadores, alcaldes, alguaciles, merinos, prebostes, y otros cualesquier nuestros jueces y justicias de todas las ciudades, villas y lugares de los dichos nuestros Reynos y señoríos que guarden y cumplan y hagan guardar, y cumplir a vos, el dicho. D. Francisco Gómez de Sandoval, Duque de Lerma y a vuestros descendientes en el dicho Ducado, Marquesado y mayorazgo, para ahora y para siempre jamás esta nuestra carta y lo en ella contenido, y que, en ello ni en parte de ello, impedimento alguno os lo pongan, ni consientan poner ahora, ni en tiempo alguno, ni por alguna manera, y que así mismo ellos y todos los regidores, caballeros, escuderos, oficiales, y hombres buenos de todas las ciudades, villas y lugares de todos mis Reynos y señoríos. Cada uno de ellos, que ahora son y serán de aquí en adelante, y otras cualquier personas nuestras y vasallos, y súbditos de cualquier estado, calidad o preeminencia que sean, y los estantes y habitantes en ellas, vos hayan y tengan por tal Duque de Lerma, y así os nombren, llamen e intitulen de aquí en adelante para en toda vuestra vida, y después de vos aquel o aquellos que vuestra casa y mayorazgo, según dicho es, heredaren para siempre jamás, y os guarden y hagan guardar las gracias, honras y antelaciones, preeminencias y prerrogativas  y todas las otras cosas, y cada una de ellas, que se os guardan y deben guardar a los otros Duques de nuestros Reynos, así por derecho, como por leyes y costumbres de ellos, y os hagan todas las ceremonias que por razón del dicho título de conde os deben hacer todo bien y cumplidamente, en guisa que vos no mengüe en de cosa alguna y si vos y ellos quisieredes, o quisieren desta nuestra carta de privilegio, o confirmación, mandamos a los nuestros concertadores y escribanos mayores de los privilegios y confirmaciones, y a los otros oficiales que están a la tabla de nuestros sellos, que os la den, libren, y pasen, y sellen la más fuerte, firme y bastante que les pidieredes, y menester hubieredes y los unos y los otros no hagáis cosa en contrario, so pena de la nuestra merced.
Dada en El Pardo a 11 del mes de noviembre de 1599 años.

Fue D. Francisco Gómez de Sandoval, en el tiempo de su privanza, capitán general de la caballería, Comendador Mayor de Castilla y Trece de Santiago, del Consejo de Estado del Rey, Sumiller de corp. y su Caballerizo Mayor, alcaide de los alcázares de Toledo, León, Tordesillas, Simancas, Castillo de Burgos, Palacio de Valladolid y Casa de Campo de Madrid.

En su juventud quiso hacerse monje, a lo que la familia se opuso por ser el primogénito, y fue disuadido de esto por su abuelo materno, entonces general de los Jesuitas y después san Francisco de Borja, que, al parecer, en su juventud le pasó lo mismo por las mismas circunstancias.

D. Francisco Gómez de Sandoval, aprovechó sus cargos y poder para hacerse con grandes riquezas, que gastaba espléndidamente y de distintas maneras. Parte de ellas las empleó en hacer monasterios e iglesias y palacios, como en Lerma, Madrid, Valladolid, Ampudia, y otros lugares.

La política que desarrolló durante su mandato fue pacífica, cumpliendo los últimos deseos del rey Felipe II. Buscó la paz en todos y fue beneficioso para la hacienda pública, a pesar de los dispendios que hacía, ya que logró que llegaran sin novedad la mayor parte de los cargamentos de metales preciosos que venían de América.

Como era tan espléndido, una vez que invitó a su castillo de Denia al rey Felipe II y a su hermana, les trató tan bien que casi se arruinó. Menos mal que el rey se lo agradeció, concediéndole una escribanía en Sevilla, la que vendió por 173 000 ducados. El cargo de Comendador de Castilla le supuso un sueldo de 16 000 ducados. Una de las veces que llegó la flota de América con un cargamento de riquezas, el rey le concedió 50 000 ducados. Además todos los cargos acumulados tenían su sueldo.

El año 1600, hizo merced el rey al ya Duque de Lerma para él y sus descendientes en su estado, casa y mayorazgo, de una saca de 15 mil salmas (toneladas) de trigo del nuestro Reyno de Sicilia, dándole licencia para que libremente las pudiese sacar por cualquier puerto de allí, cada año, perpetuamente y en satisfacción de ellas y con su consentimiento se las cambió, por 72 000 ducados de renta en cada año, perpetuamente, consignados de esta forma: los treinta mil del Reino de Sicilia, y los treinta y dos mil del de Nápoles, y los diez mil restantes del Reyno de Aragón y Principado de Cataluña.

Con motivo de una enfermedad que tuvo el conde, el rey, le regaló diamantes, por valor de 5 000 ducados.

Se quedó viudo el año 1603, y el 1610, proyectó casarse con una rica valenciana y con tal motivo, los reyes le colmaron de regalos, pero luego se arrepintió dejando a la viuda muy enojada.

El año 1601, trasladó la Corte a Valladolid, unos dicen, que por el dinero que le dieron los de Valladolid y otros que lo hizo, para quitar de la influencia que ejercía sobre el rey una tía suya que estaba de monja en Madrid, y se ve que no era partidaria del conde y conspiraba contra él.

Antes de ir a Valladolid, compró casas y posesiones, que luego vendió a buen precio. Entre otras, compró lo que después fue el Palacio Real, porque el rey se encapricho de él, y el conde, haciendo ver que le costaba desprenderse del palacio y lo hacía por ser su comprador el rey, le cobró sus buenos ducados. O sea, que era un gran negociante. El conde se construyó otro palacio a la orilla del Pisuerga, y compró la Yglesia de San Pablo y la reparó para que sirviera de mausoleo para él y su mujer, y se hizo construir dos bustos de bronce, el suyo y el de su señora, para ponerles en el mausoleo. Hoy están en el museo de Valladolid, no sé si a la vista del público o retirados.

En Valladolid, estuvo la Corte hasta el año 1606, que la volvió a trasladar a Madrid. Lo mismo que con el traslado a Valladolid, algunos dicen que porque los madrileños le pagaron para que la volviera y otros que la volvió cuando murió la famosa monja.

Mandó hacer un gran palacio en su villa de Lerma, de lo más suntuoso de su tiempo, y en el que nació una hija del rey Felipe III.

Fueron muy famosos, los banquetes y fiestas que organizaba en su palacio de Lerma, que es lo que más les gustaba al rey y sus cortesanos, terminando las fiestas con los famosos toros de fuego, los cuales terminaban cayendo al río Arlanza. Algunos escritores dicen que un banquete que dio al cardenal de Este y al nuncio le valió el capelo cardenalicio cuando se encontró en dificultades a causa de las intrigas, entre otros, de su propio hijo D. Cristóbal Gómez de Sandoval, esto es de mal pensados. Ya he dicho, que a lo largo de su mandato ayudó mucho a la iglesia en general, edificando y reparando monasterios e iglesias y esto sí que le pudo valer el capelo cardenalicio.

No todo era jolgorio. También le hacían algunas faenas. Por ejemplo, compró la villa de Arganda y sus habitantes no le dejaron entrar a tomar posesión de ella. Algo parecido le pasó en Santa María del Campo, que también compró, y sus habitantes llegaron a arrancar el o los escudos de la familia que puso en la villa. Y sus servidores se veían con dificultades para cobrar los impuestos de sus villas y lugares por la oposición de sus habitantes. Pero lo peor le pasó en la Corte, entre sus abusos y los de sus colaboradores, y las intrigas de sus enemigos, que se valieron de su hijo, D. Cristóbal Gómez de Sandoval, para quitarle el poder. EI rey D. Felipe III se avino a ello, despidiéndole y le obligó a retirarse a su Ducado y villa de Lerma y la estancia allí la aprovechó para hacer estudios eclesiásticos y ordenarse sacerdote, diciendo la misa muy devotamente según escritos de su tiempo. Sus enemigos quisieron llevarle a los tribunales, pero como era cardenal de la Iglesia no pudieron hacerlo y, mientras vivió, el rey D. Felipe III le defendió. Pero al morir Felipe III y sucederle su hijo D. Felipe IV nombró al Conde Duque de Olivares, enemigo encarnizado del Duque de Lerma, su favorito y primer ministro, y con este cambio de rey y de favorito, le fue peor al Duque de Lerma. Como no podían hacerle otra cosa peor, le desterraron a Tordesillas y le impusieron una multa de 12 000 ducados anuales, con atrasos de 20 años.

Aunque, en su tiempo y algunos escritores le tratan mal, también tenía sus admiradores y amigos, sobre todo entre los eclesiásticos, a quienes tanto ayudó. Por ejemplo, un escritor y canónigo de la Catedral de Toledo, que le conoció y trató, escribe:

 "El duque de Lerma era un gran caballero, de gran talento, bienintencionado, cortés, apacible, deseoso de acertar y de palabras tan apropiadas que dejaba con ellas muy satisfechos, hasta [a] los más agraviados saliendo todos satisfechos de su presencia".

Murió D. Francisco Gómez de Sandoval el año 1625 y le enterraron en la Iglesia de San Pablo de Valladolid, que él había comprado y reparado para su sepultura y la de su mujer como ya quedó dicho.

CRISTÓBAL GÓMEZ DE SANDOVAL

Se crió en la corte del rey D. Felipe III, y vivió en la corte con su poderoso padre. Casó con Dña. Mariana Manrique de Padilla, hija del adelantado de Castilla, D. Martín Manrique y de Dña. Luisa de Padilla, Condesa de Santa Gadea y Buendía y Señora de Sotopalacios y otros lugares próximos. Al caer en desgracia su padre, a lo que D. Cristóbal contribuyó, fue nombrado favorito, privado y primer ministro por el rey D. Felipe III, y nombrado Duque de Uceda y Cea, Comendador de Hornachos de la Orden de Santiago, Alcalde de la Alhambra de Granada, Sumiller de Corp. y Mayordomo Mayor del rey D. Felipe III, y Caballerizo Mayor, Sumiller de Corp. y Mayordomo Mayor del rey D. Felipe IV, siendo príncipe y siendo rey, y gentilhombre de cámara y de los Consejos de Estado.

Al morir el rey D. Felipe III, y subir al trono su hijo D. Felipe IV, perdió el poder, que pasó al Conde Duque de Olivares su antiguo correligionario, en la traición al Duque de Lerma y, sin embargo, ahora su enemigo. D. Cristóbal fue expulsado de la Corte. Más tarde le indultaron y le nombraron Virrey de Cataluña. Pero sus enemigos, seguramente encabezados por el Conde Duque, le formaron un proceso y le metieron en la cárcel de Alcalá de Henares, donde murió el año 1624.

Como hijo y miembro de la familia Sandoval, fue desagradecido y traidor y no mereció ser de familia tan noble y valiente y leal. Como murió antes que su padre, no heredó los títulos familiares, ni los mereció.

FRANCISCO GÓMEZ DE SANDOVAL Y MANRIQUE DE PADILLA

Como heredero de la familia Sandoval y de su abuelo, D. Francisco Gómez de Sandoval, fue Duque de Lerma, Marqués de Denia y Villamizar, Conde de Ampudia, Grande de España como sus antepasados y señor de las villas y lugares de la familia. Como heredero de sus padres fue Adelantado Mayor de Castilla, Duque de Uceda y Cea, Marqués de Belmonte y heredó los señoríos de su madre, como Valdezcaray, Sotopalacios y otros, y Clavero de Calatrava. Casó este caballero con Dña. Feliche Enríquez de Cabrera, hija de D. Luis Enríquez de Cabrera, octavo Almirante de Castilla, y de su mujer Dña. Victoria Colona. Tuvieron dos hijas, Dña. María Ana y Dña. Feliche Gómez de Sandoval Manrique de Padilla.

MARÍA ANA GÓMEZ DE SANDOVAL Y MANRIQUE DE PADILLA

Al morir sus padres, jóvenes los dos, heredó todos títulos de nobleza, con sus estados, villas y lugares, y señoríos de alcázares, castillos y palacio y huerta de Valladolid y Casa de Campo de Madrid, el patronazgo de las Colegiatas de Lerma y Ampudia, y patrona del Colegio mayor de Alcalá de la Orden de Santo Domingo y de gran número de monasterios y conventos, entre ellos, los de Lerma y el de Fresdelval, con todo lo cual y su gran ascendencia se la consideró la mayor heredera que en su tiempo hubo en España.

Se casó con D. Luis de Aragón de Córdoba y de Cardona, Duque de Segorbe y de Cardona, Marqués de Comares y de Paflars, Conde de Ampurias y de Paredes, Vizconde de Villanur, Gran Condestable de Aragón, Alcaide de los Donceles, Caballero del Toisón de Oro y señor de ciudades, villas y lugares, que no desmerecían en nada a las de su esposa. Parece que se casaron dos de las más nobles y grandes fortunas de España, pero no tuvieron suerte, solo tuvieron un hijo, que se murió a los nueve años y los títulos y posesiones de la familia de los Sandovales se repartieron entre varias familias de las más renombradas de España, no sin antes tener muchos juicios y reclamaciones entre ellas.

 

Además de estos Sandovales, a quienes por herencia y mayorazgo les correspondieron la primacía y los honores, nacieron, vivieron, lucharon y vencieron o murieron en las batallas de la reconquista y más tarde en otros lugares, otros muchos Sandovales, muy valientes y celebrados en las crónicas de los Reyes de Castilla, desde la batalla de Covadonga, hasta la conquista de Granada, que como dice García de Salazar, fueron los primeros en tomar las armas en Covadonga y los últimos en dejarlas en Granada.

Después sirvieron en otras partes de Europa como capitanes de los Tercios o gobernadores de ciudades en los Países Bajos e Italia y en América, donde, entre otros, se distinguió Gonzalo de Sandoval, capitán, con las tropas de Hernán Cortés, y uno de los principales, quien contribuyó a la conquista de Méjico, ya que se apoderó de las tropas de Narváez cuando iban a prender a Hernán Cortés y las incorporó para luchar juntos. Desempeñó las más arriesgadas y difíciles comisiones y se comportó con tanta valentía como habilidad y benevolencia, evitando muchos conflictos a Cortés, al que sirvió siempre con lealtad.

Pobló el territorio de Naco en Honduras y fue Alguacil Mayor de Veracruz. Acompañó a Hernán Cortés a América Central y en su vuelta a España, y le sigue acompañando ahora, en el Museo de Cera de Madrid, como conquistador de Méjico.

Además de este, fueron más Sandovales a América y dejaron allí sus descendientes y apellido, que está muy extendido por distintas naciones de América, incluso hay algún lugar con el nombre de Sandoval en Méjico y California.

Con el apellido Sandoval ha habido cardenales, empezando por el mismo Duque de Lerma, y ahora mismo hay un cardenal en Méjico que se apellida Sandoval. Arzobispos y obispos, monjes y monjas, una abadesa, por lo menos, en las Huelgas de Burgos. Grandes hombres y escritores, como Fray Prudencio de Sandoval, que fue monje y después obispo de Tuy y arzobispo de Pamplona, donde está enterrado en una capilla de la Catedral; fue cronista de España en tiempos del rey D. Felipe III y del Duque de Lerma, su pariente; escribió varios libros, entre ellos, la "Historia y Hechos del emperador Alfonso VII", donde viene escrita también la genealogía de los Sandovales sus antepasados, [y que] dedicada al Duque de Lerma, la cual, prácticamente, yo he pasado a este libro; también escribió la "Historia y hechos del emperador Carlos I de España y V de Alemania", la cual se compone de dos grandes libros que, según dicen, es la mejor que se ha escrito sobre el emperador.

NT-1: Las crónicas medievales españolas del siglo XII son la del monje anónimo de Santo Domingo de Silos o Crónica Silense en torno al 1110, la de Pelayo, obispo de Oviedo, la Crónica de Emperador Alfonso VII y la del monje anónimo de Nájera, estas tres de finales del siglo.
NT-2: La era hispánica es el cómputo de los años que parte del año 716 Ab urbe condita (desde la fundación de Roma), o sea, el 38 a. C. La causa de la elección de tal fecha es desconocida, y ha producido muchos errores cronológicos incluso entre los más importantes eruditos (polémica entre Enrique Flórez y Gregorio Mayans a mediados del siglo XVIII).
NT-3: Nobiliario Genealógico de los Reyes y Títulos de España. Alonso López de Haro. Madrid, 1622.
NT-4: Antigüedades de España propugnadas en las noticias de sus reyes, en la crónica del Real Monasterio de San Pedro de Cardeña, en historias, cronicones y otros instrumentos manuscritos que hasta ahora no han visto la luz pública. Fray Francisco de Berganza y Arce. Madrid, 1721.
NT-5: Circa 1445
NT-6: En el pleyto que V.m. tiene visto, entre el Fiscal y el Duque de Lerma, sobre el cumplimiento del contrato y capitulación que los señores Reyes Catolicos don Fernando, y doña Isabel hizieron y juraron con don Fernando de Sandoval Conde de Castro, sexto abuelo del Duque, en razon de la redintegracion de la casa y mayorazgo de Diego Gomez de Sandoval su padre Adelantado mayor de Castilla, y primer Conde de Castro... (circa 1601).
NT-7: Partido o territorio que se ha separado de una merindad, provincia o reino.
NT-8: Tributo que se pagaba a algunos señores territoriales por cada hogar o chimenea.
NT-9: Las Siete Partidas. https://es.wikipedia.org/wiki/Siete_Partidas
NT-10: Por ministerio de ley, por virtud de derecho.
NT-11: Por el hecho mismo, por virtud del hecho, inmediatamente, en el acto.

 

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CIRILO GARCÍA PÉREZ

SANDOVAL
DE LA REINA
Y SUS FUNDADORES
LA FAMILIA DE LOS SANDOVALES

ISBN. 84-607-0998-1
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Imprime: Artecolor Impresores – Burgos