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La gente de Sandoval de la ReinaLo último incorporado
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 Arquitectura 

 El Torrejón 

Sandoval de la reina tuvo una fortaleza, hoy desaparecida, que perteneció a Juan Rodríguez de Sandoval, rico hombre de la comarca.

Referencia: Castillos del Olvido - Castillos desaparecidos de la provincia de Burgos.

Colaboración de Javier L.G.


 


El conjunto debería ser objeto de estudio. Sería deseable que se planteara la posibilidad de realizar trabajos arqueológicos, que muy probablemente desvelaría información importante para la historia local y de la comarca. Sería una aportación fundamental a la historia del pueblo de Sandoval y de la familia a la que dio su apellido, los Sandovales.

Por los indicios tuvo muralla, fosos y patio de armas, entre otros.

Sin duda se trata de una antigua mota feudal, pues reúne los requisitos básicos de este tipo de asentamientos: control de un vado/puente, elevación y conjunto señorial (templo y torre).El posible que los sillares de parte de la pared norte de la iglesia y de todo o parte de la ermita de San Roque hayan pertenecido a la fortaleza.*

* Alejandro Ramos Benito, licenciado en historia y arqueólogo.

Esta sería una de las fortalezas que habrían tenido en sus behetrías y señoríos los «Señores de Sandoval».


Javier L.G., sobre El Torrejón y su ligazón a la gente llana del pueblo, la gente sencilla, nos envía esta colaboración:

• Una de las cosas que llaman la atención es un pequeño montículo hundido que destaca sobre el resto. Nuestros mayores siempre lo han conocido así, con ese agujero.

Siempre hemos necesitado ver más lejos y eso se consigue alcanzando altura, así que es de suponer que acumularon la tierra para ganar unos metros de altura y, sobre este montículo, construir el torrejón.

No está en el centro si no al lado contrario de donde se encuentra la población. Está claro hacia dónde querían mirar.

• Otro de los detalles que podemos observar son unas líneas rectas por todo El Torrejón. Estas dividen las parcelas que pertenecen a los "propios". En un momento indeterminado el propietario dividió el terreno en "quiñones" y los arrendó.
Unos arrendaron un quiñón, otros tres...

Avanzando en el tiempo, el propietario de este momento se las vendió a los "propios" vecinos que las cultivaban. Estos "propios" eran los padres de nuestros mayores, que aun viven.

En ellas sembraban forraje para el ganado, entre otras cosas. Hay quien su ilusión fue la de construir un palomar, pero en ilusión se quedó. Hubo otros proyectos, pero hay lo que hay. Podemos observar cómo, hoy en día, se sigue cultivando en la parte más cercana a la iglesia.

• Al pasear por El Torrejón o al recordar las carreras de motocross, puede que creamos que El Torrejón "no sea de nadie", pero no nos engañemos; todo tiene un dueño: un particular, una cofradía, el pueblo, el Estado...

Colaboración de Javier L.G., 20/03/2018
Publicado también en la sección "Historias de Sandoval de la Reina"

 

Julio Alonso, en su Toponimia de Sandoval de la Reina, lo describe así:

Torrejón: El término indica una ‘torre pequeña o de mala traza’, como en otros topónimos españoles, pero es posible que el origen del término, aplicable a los dos torrejones, el de Sandoval y el de Castro Rubio o de Las Torres (así en Ensenada), se deba a la presencia original en cada uno de ellos de una atalaya (quizá construida sobre un túmulo o montecillo artificial con que se cubría una sepultura –Javier Ortega González)[1] , que es precisamente una «torre hecha comúnmente en lugar alto, para registrar desde ella el campo (...) y dar aviso de lo que se descubre» (DRAE). Por tanto, con funciones de vigilancia y defensa. El Torrejón de Sandoval bien pudo en principio servir como eslabón de una cadena de atalayas con funciones de vigilancia y transmisión de señales por algún procedimiento, como el fuego. No nos consta su forma, aunque es de suponer que fuera semejante a la de otras “torres fuerte” o torrejones. Ni sabemos tampoco cómo quedó asociado con el palacio de los señores de Sandoval cuando, al donar su casa palacio del Mirador de la Granja a los monjes en el siglo XII, fijaron su residencia junto a ese alto dominado por el Torrejón, residencia edificada con piedras sillares, que, al menos en parte, se aprovecharon para construir la ermita de San Roque.

[1] Además de la repetición exacta de estas formas en diversos lugares (como Castro Rubio), una foto aérea recogida en este sitio de Sandoval, por su misma forma, respalda la idea del carácter artificial del montículo.