URRACA (c. 1080-Saldaña, 1126)       

    Reina de Castilla y León (1090-1126). Hija de Alfonso VI y de Constanza de Borgoña, casó con Raimundo de Borgoña en 1090 y, al enviudar (1107), Alfonso VI les dio a ella y su hijo Alfonso el señorío de Galicia.

    Su segundo matrimonio, con Alfonso I el batallador (1109), fracasó en su objetivo de reforzar la estabilidad interna y externa, pues el país se vio agitado por graves problemas políticos (la presencia de guarniciones aragonesas en ciudades castellanas y leonesas), que llevaron al país a la guerra civil, y sociales, por la agitación antiseñorial, y también fronterizos por la presión almorávide.

    La orden de Cluny, la nobleza, Enrique de Borgoña y los magnates gallegos se opusieron a la unión con Aragón, el clero y la nobleza castellana apoyaron a Urraca, y la burguesía era partidaria de Alfonso el batallador.

    En 1109 se llegó a un acuerdo de gobierno conjunto y de normas sucesorias, pero en 1110 se separaron y 1114 fue repudiada por su esposo, agudizando la guerra civil. La política de Urraca consistió desde entonces en una serie de alianzas y luchas con Alfonso Raimúndez, el arzobispo Gelmírez, su hermanastra Teresa de Portugal y la comuna de Santiago de Compostela que debilitaron el país, desprestigiaron la monarquía y dejaron el reino situación catastrófica.

Fuente: Gran Diccionario Enciclopédico PLANETA DeAGOSTINI - Versión en CD ROM

 

Urraca era hija de Alfonso VI.
Nieta de Fernando I de Castilla y Sancha de León.
Bisnieta de Sancho III el Mayor de Navarra y Muniadona.

Sus hijos fueron Alfonso VII de León y Sancha Raimúndez.

Tuvo una posible relación amorosa con Gómez González Salvadórez, conde de Castilla, posteriormente conocido como «conde de Candespina», cuando Urraca era una infanta, pero, en su lecho de muerte, Alfonso VI designó a Alfonso I de Aragón como marido, con la previsible contrariedad de Gómez González.
Después de casada también se le tuvo, junto al conde de Lara, por amante de Urraca, aunque también se habló de la falsedad de esta relación.

La Reina Urraca

UNA CRÓNICA MEDIEVAL MODERNA  URRACA DE LOURDES ORTIZ

Antonio Uribe-Sánchez - Universidad de Basilea

Cuando en 1109 muere Alfonso VI y, contra su voluntad, deja el reino de Castilla y León en manos de su hija Urraca, sucede algo excepcional para toda la Edad Media europea: una mujer reina en un país. A lo largo de su gobierno luchará con todos los medios para mantener el poder. Por eso contrajo innumerables enemistades, entre otras las de ciertos cronistas que sirven de fuente a los historiadores que aceptan este punto de vista subjetivo. Así nos pintan a una mujer «casquivana» y «liviana». La primera monografía sobre el reinado de Urraca no se publica hasta 1982. En esta obra Bernard F. Reilly defiende a la reina en todo lo que cabe. En el mismo año se imprime también la novela Urraca de Lourdes Ortiz.

    Hasta esta fecha ya se habían sacado a luz varias obras literarias, en las que aparece esta reina. La primera es una pieza de teatro de Lope de Vega: La varona castellana. Allí Urraca salvaguarda los intereses de la nobleza castellana ante los de su segundo marido, Alfonso I el Batallador de Aragón. Ella se somete a la decisión papal de divorciarse e inicia una relación con González Gómez que se enfoca de una manera muy romántica en vez de inmoral como aparece en la historiografía tradicional. En resumen se puede decir que se trata de una reina buena y sumisa, quizás porque el papel de malo le corresponde completamente a Alfonso el Batallador.

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